Es absurdo pensar que tengo oportunidades de lujo y que no me sirven para nada porque en esas ocasiones soy lo más infantil que existe, y otra vez más, tiro una oportunidad a la basura. Lo peor de todo esto, es que me he especializado en cazar fantasmas, es lo único que hago, ver fantasmas donde no los hay, pensar que soy algo para alguien, cosa que en realidad no tiene ni pies ni cabeza, ¿absurdo verdad? El problema, es que por muy absurdo que parezca, mi vida ya es así, se ha convertido en un espejo que refleja fantasmas. Lo bueno, es que por fin he descubierto de dónde aparecen esos fantasmas, y es que son reflejo de mis miedos y de mis inseguridades. Inseguridades como las miles que tengo cuando siento que al andar junto a esa persona me muero por coger su mano, o darle un abrazo, o dejar que explote todo lo que llevo dentro y que lo sepa. Pero como siempre, soy demasiado cobarde para eso, y hoy, es de esos días que no me apetece ser valiente, porque no me apetece perder nada, ahora no.
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