miércoles, 9 de marzo de 2011

Que aún soy esa niña..

Hay días, la mayoría de mi vida, en los que olvido la niña que a mis casi 17 años todavía soy y que siempre seré. Normalmente me olvido de que debajo de mi fachada de seriedad, sosiego, responsabilidad y madurez, hay una niña que se sigue ilusionando con una mirada de un chico, que sigue sonriendo cuando me miran fijamente porque me da vergüenza, que aunque a todos nos cueste reconocerlo, seguimos siendo niños pequeños y por tanto seguimos queriendo ser el centro de atención para los adultos o gente que consideramos superiores a nosotros en cualquier sentido. Pues en días como en los que he tomado esta fotografía, luego, al verla en el ordenador, he observado con detalle lo maravilloso que puede resultar el nacimiento de la primavera, y entonces recuerdo que yo nací en primavera, cuando las flores están abiertas, cuando todo nace, y la alegría de ver el sol y oler a flores frescas rellenan el ambiente acelerado y frenético de la cuidad, y en ocasiones, sosiega ese estrés para hacernos recordar que, a pesar de nuestro estrés, de nuestro consumismo y egoísmo como individuos. la naturaleza sigue su curso, la naturaleza nace para regalarnos colores, olores y sobre todo sensaciones infinitas.
Cuando soy consciente de esto, entonces, siento que en mi están esos brotes que piden a gritos que les dejen abrirse para poder ofrecer ese esplendor y mostrar todo aquello que llevo en mí, y que es lo que me hace sonreír como una niña, emocionarme como una niña, y sobre todo, soñar como una niña.

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