lunes, 28 de noviembre de 2011

Improvisa

¿No tienes plan B? No te preocupes, utiliza siempre tu plan A, si no tiene un plan A, utilizaremos el mejor plan que se me ocurre, y ese es la improvisación. No hagas planes, no planees hacer algo perfecto, algo saldrá mal. Sal, disfruta, vive tu vida como mejor quieras hacerlo, disfruta de cada segundo que vivas, improvisa. La vida no está hecha para hacer planes, que aburrimiento no? Creeme si te digo que es mucho más divertido improvisar cada día, como el que improvisa una canción. ¿Te gusta la música? Pues haz de tu vida una canción, siempre con ritmo, a veces mas alegre otras menos, siempre sirve para expresar tus sentimientos, y siempre serás escuchado por alguien. No tengas miedo, no te tires a la piscina a lo loco, pero tampoco te lo pienses más de dos veces. No dejes escapar la más mínima oportunidad en nada, ya sea de estudiar, de cantar, de bailar, y sobre todo, nunca pierdas la más mínima oportunidad de amar. Ves a es@ chic@ de alli? dices que te gusta su mirada, su pelo, su sonrisa o simplemente te llama la atención? NO lo dudes nunca, acércate, habla, no dejes pasar la que puede ser una gran oportunidad, puede que a lo mejor ni llegues a besarl@, pero no habrás tirado una oportunidad de aprovechar algo que te gusta. En cuanto veas un mínimo objetivo, persiguelo, no tengas miedo de lo que puedan pensar, que más da?
Si me pides un consejo para vivir, lo único que te diré sera: IMPROVISA ;)

sábado, 12 de noviembre de 2011

A solas con la soledad.

Un día más, la ironía se apodera de su vida. Una aparente vida feliz teñida de desconsuelo y soledad. Es la historia de un ser cuya vida se disfraza de armonía, cuyo rostro se maquilla de alegría, cuya sonrisa cubre un manto de lágrimas que por dentro todo lo empapa. Pero sus ojos no mienten, lo intenta, pero no mienten. Preciosos, brillan como dos luceros, mas ni por entusiasmo ni por esperanza, sino por luchar para intentar evitar romper a llorar. Su voz, dulce a la par que energética, acalla el susurro melancólico y apagado que desgarra su interior. Dentro de ella, en lo más puro de su alma, sus sentimientos, desesperados, se ahogan en un grito que por sus labios nunca saldrá. En las manos no puede ocultar su ansiedad, uñas y padrastros roídos que achaca a temas de estudio aun sabiendo que no es verdad. Quiere reír, pero solo le sale llorar. Cuando mira y ve toda la hipocresía que rodea a cada ser, comprende por qué su decepción con ellos, consigo misma y con su vida. Con el pasar de los días comprueba que cada corte en sus entrañas se debe a una mentira, de ahí que no sepa si queda o no parte entera. Bendita inocencia piensa, la que nos hacía felices en nuestra tierna infancia. Sentía su cuerpo extraño, una adolescente tan desencantada con la vida como el mayor de sus abuelos. En esa adolescencia su preocupación deberían ser los estudios y labrarse un futuro pero iba mucho más allá, intentar entender el mundo, entenderse ella y buscar el modo de deshacerse de los fantasmas del pasado que, aunque breve, guarda tras de si muchos lastres que la retienen en lo más hondo. Mientras, libra una batalla a vida o muerte por no permanecer a solas con la soledad.

Palabras muertas...

El otro día las palabras estaban vacías, hoy, están muertas. Mis sentimientos ya no sienten. El odio ya no duele, la ira ya no quema, la pasión no existe y el amor se consume. Alguna vez antes ya pareció consumirse, pero entre las ascuas siempre quedaba una chispa. Ahora ya solo quedan cenizas...cenizas apagadas, desechas...solo polvo destinado al olvido. Todo llevado al extremo, todo llevado al amor más duro y fuerte, más sincero y entregado, más real y duradero. Miles, millones de palabras para intentar explicarlo, una vez tras otra, de muchas maneras diferentes, pero todas destinadas al fracaso pues, tanto tiempo después, todo sigue como el primer día, en una incomprensión tan absurda como real. Cuentan que si quieres algo, da igual cuantas veces te des contra un muro, pues lo acabarás derribando. Yo te quiero con la mayor sinceridad existente pero, por más fuerte que me doy, solo he conseguido tirármelo encima, que cada día pese más y cada minuto que respiro me ahogue un poco más. Con cada palabra, con cada hecho, con cada gesto, una nueva losa cae sobre mi ser para exprimir más este sentimiento, para endurecer esta pena que mis días cubre, es una agonía infinita. Pero a pesar de que por cada palabra todo duele un poco más, te lo diré hasta mi último aliento, me resisto a dejar de luchar y, si he de morir, que sea persiguiendo aquello en lo que creo, aunque ahora creas que ya no creo en ti. Ojalá pudieras formar parte de mi ser un solo minuto y sentir lo que yo siento, así nunca podrías decir que lo que te digo no lo siento. Si pudieras verte como te veo, si pudieras quererte como yo te quiero...nada de lo que pasa pasaría. No pude evitar el dolor en mi ser, ahora intento evitarlo en otro, pero no lo consigo...definitivamente mis palabras están destinadas al fracaso y al olvido donde, tal vez, no sirvan nunca más, donde tal vez mueran sin hacer el más mínimo ruido.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Cuando crees que volar no es la solución, te equivocas.

Cuando crees que volar no es la solución, te equivocas. Piensas que aunque quieras volar, jamás vas a despegar, o que cuando acabes de hacerlo, te cortarán las alas, vendrá una corriente de aire o alguien con quien estrellarte, y caerás. Crees que aunque consigas volar y estabilizar tu vuelo, cuanto más alto subas, más dura será la caída, y te da miedo subir. Pero, voy a proponerte algo. Se que más de una vez has conseguido volar y cuando empezabas a ir alto, te has precipitado y te ha dolido, pero por esta vez, olvida el dolor de tus heridas y borra la imagen de tus cicatrices. Confía en ti mismo, en tus posibilidades, coge carrerilla sin mirar atrás, cierra los ojos, salta, espera unos segundos y...suavemente ábrelos, ¿lo ves?, estas volando sin querer, estás dejando atrás tus miedos, tus cadenas, tus heridas, tu dolor, todos tus fracasos, todo lo que al pensar en volar te hacía pensar en caerte. Ahora, para mantenerte en vuelo y si quieres caer hacerlo despacio para que no duela, solo tienes que hacer una cosa, creer en ti, en tus posibilidades y en que lo vas a hacer todo de verdad y con esperanza, porque solo así, aunque fracases y caigas, lo harás planeando. Entonces, cuando creas que todo va al revés, cuando quieras desaparecer, cuando todo lo que ves y sientes es rabia, dolor, tristeza o soledad, no te quedes llorando y quieto, no te quedes lamentándote o pensando en el por qué, simplemente olvídate de todo, cierra los ojos y atrévete a volar, a ser libre, a empezar de cero, atrévete a sentirte en paz.