viernes, 24 de diciembre de 2010

Querido 2010

Ahora, en esta madrugada es cuando me doy cuenta de que te vas, definitivamente te vas a ir, sin que ni yo ni nadie podamos hacer nada para cambiarlo, sin que podamos rogarte que te quedes, aunque solo sea una velada más. Cada 31 de diciembre tenemos una despedida importante, algunas más emotivas que otras, unas las estamos deseando, y otras deseamos que nunca lleguen. Yo, a ti, 2010 aún no se cómo despedirte, aún no se si abrirte las puerta y dejarte marchar sin más, o ponerle un cerrojo y tragarme la llave para nunca dejarte ir. Me has dado tantas y tantas cosas buenas, me has demostrado tanto sobre esta vida, me has mostrado tantos caminos que la irracionalidad, las apariencias y el egoísmo no nos dejan ver. Me has enseñado que nunca hay que agachar la cabeza por ser quien se es, que nunca debemos dejarnos acobardar por la opinión de otros, sobre todo si no saben de lo que opinan. Me has demostrado que no hay que dejarse vencer por el daño, y mucho menos por el miedo, y que ante estas situaciones, lo que más vale es enfrentarse a uno mismo, para así poder crecer un poquito más como persona. Tú, 2010, me dejas tantas imágenes congeladas en mi memoria que nunca querré que se derritan, tantas sensaciones que jamás antes había experimentado y que ojalá las experimente siempre, tantas miradas infinitas, tantos abrazos sinceros, tanta paz en mi interior, y sobre todo, tanta tranquilidad en mi conciencia de saber que me da igual querer a alguien aunque a otra persona no le parezca bien, quererle porque se que merece la pena, porque significa algo para mi. 
Pero también me has dejado cosas malas, cosas que ojalá nunca hubieran sucedido, que ojalá no empañasen mis sentimientos, que ojalá no fueran quienes recluyen a mi sonrisa, desesperada cada día por salir a relucir y a decir, estoy aquí, y quiero seguir estando. Cosas malas que oscurecen la grandeza de los sentimientos que llevo en el corazón, y que no me dejan ver que soy alguien para las personas importantes para mi. 
Llegados a este punto entonces, te pido a ti, 2010, que seas tu quien me diga si dejarte ir sin más, o pedirte que te quedes una sola velada más, para cuidar el momento en el que mi deseo se hace realidad....
Y se que por más que te lo impida, te irás de igual manera, sin mirar atrás, sin esperar  ni un solo minuto, sin esperar a ver las consecuencias que dejas tras de ti. 
Supongo que, aunque pudiera retenerte, te dejaría ir dándote las gracias por haberme dado todo lo que me has dado, incluso lo malo, porque aún, eso, es necesario en la vida de cualquier persona.

martes, 21 de diciembre de 2010

La cama de mis sueños

Y ahora me encantaría estar deseando irme a dormir porque se que mi almohada va a ser tu pecho, que mis sábanas van a ser tus brazos rodeando mi cuerpo y que mi nana van a ser los latidos de tu corazón. Y escribir con mi dedo en tu espalda un TeQuiero dentro de un corazón... 

jueves, 16 de diciembre de 2010

viernes, 29 de octubre de 2010

"El diario de Noa"

El mejor tipo de amor, es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente. Eso es lo que tu me has dado y lo que yo esperaba darte siempre.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Y...

Y verle, y olerle, y sentirle, y tocarle, y escucharle respirar, y sentirle palpitar, y que me mire con deseo, y susurrarle al oído y notar su calor, y estar protegida por sus brazos, y no atreverme a soltarle, y que me abrigue, y poder desearle, y poder amarle...

Aquello que escribí un día de campamento...


25 julio de 2010.
Tres días como esto son la mejor medicina para cualquier tipo de problema, rayada o duda con una misma. en estos 3 días, sin preguntármelo directamente, me he encontrado a mi misma, hasta ahora nunca había encontrado mi sitio, ni mi por qué existir, ni mi función, ni mi motivación, ni mi capacidad, nada. Hoy, tras tres días perdida en la soledad de la montaña en compañía de 70 y pico personas, creo que mi sitio está entre la gente que me quiere y me necesita, junto a aquellos a los que yo necesito como en los lugares en los que me siento libre y segura; mi por qué existir, creo que es poder crecer cada día un poquito más como persona, aprender de cada error sobre todo para no herir a nadie, para no herirme a mi misma y también poder aprender cada día de la vida y de sus obstáculos para no quedarme en el primero ni en ninguno; mi función creo que es dar o mejor de mi en cada momento y ayudar a quien me necesita, aunque yo necesite más ayuda que esa persona, porque ayudar a alguien, es ayudarse a uno mismo; mi motivación, es lo que más claro tengo, y es tan simple como querer ver siempre bien a aquellos a quienes quiero y querer aceptar y querer a los demás sin condiciones y sin peros, y hacer todo lo que esté en mi mano para que si de mi dependiera, todos los de mi alrededor llevaran una sonrisa de oreja a oreja y el corazón feliz; y por último, creo que mi capacidad es la que yo me proponga siempre y cuando lo intente con todo mi empeño, con toda mi fuerza, con toda mi fe y nunca quedarme en el intento.
Otra cosa que me ha enseñado la montaña, el compartir con aquellos con los que se convive y ayudar al que no puede, es a que no hay nada que más me llene que creer en mi misma y quererme, sabiendo que eso no significa prepotencia ni orgullo, sino madurez y capacidad de querer mucho más a cualquier persona siempre y cuando me deje y de esa manera, poder sentirme bien conmigo misma, ser feliz con lo que hago.
Y es en estos momentos en los que ademas de las personas que en ese momento te rodean, te acuerdas de todos aquellos que te esperan en Madrid, que también te quieren, que te echan de menos, o que simplemente les hace ilusión volver a verte después de 15 días.

domingo, 3 de octubre de 2010

La razón gana al corazón...

Esta tarde, sentada en mi cama, leyendo un tema del que me examino mañana, solo pienso en ti, solo se que me importas tu.
Por eso a penas hablo cuando me preguntas que tal, no soy capaz de pronunciar más de dos palabras seguidas sin temblar. Por eso algún día parecí tonta cuando me hacías hablar delante de todos. Siempre me dijiste :”eres buena” pero también me decías: “hay algo que se puede mejorar, pierde tu miedo y serás la perfección”. Ojalá supieras que mi mayor miedo eres tú, que cuando te veo me pongo nerviosa y me sudan las manos. Tú me repites una y otra vez que no pasa nada, que esté tranquila, pero no puedo.
No puedo estar tranquila cuando cada vez que pasas, sea donde sea, solo espero que me dediques una mirada, aunque solo sea de una milésima de segundo, porque esa milésima de segundo, me hace saber que existo, que para ti existo. A veces me tiras un beso y todo, se que me aprecias, se que me quieres, pero nunca será como yo quiero. Te tengo, lo sé, eso es importante.
Me hace feliz recordar que algún día tu contaste conmigo, que algún día fui un apoyo para ti, mas ahora eso solo incrementa mi tristeza y mi dolor al pensar y confirmar, que ya nada es así.
Cada vez que te veo sonreir, o hablar, yo imagino tus labios besándome a mi. Cuando te veo escribir, abrazar o simplemente gesticular con las manos, yo me las imagino recorriendo mi cuerpo.
Nunca pude llorar por ti, nunca quise ser como todas las mujeres son, que cuando el miedo las acobarda lloran, yo no lo hago, yo huyo y me escondo, eso me convierte en alguien más cobarde aún.
Pero ahora, ahora que no puedo abrazarte cada vez que lo necesito y que no puedo decirte que te quiero, ni que me importas, que no puedo contarte que tengo miedo, ahora si, ahora si que lloro cuando el miedo a la soledad me invade. En este momento, desearía poder llegar, y abrazarte y que con tu abrazo se secaran todas mis lágrimas, mas la razón gana al corazón y me dice que puedo llegar a secarme que mi corazón nunca dejará de llorarte y desearte cada vez más.

sábado, 25 de septiembre de 2010

La excepción que confirma la regla.

Normalmente, dado que soy una chica muy de refranes y dichos populares, me planteo y le busco el sentido a esas expresiones, por qué existen y cómo se aplican. Pero sobre todo, uno de los refranes que, aunque siempre he entendido, el que más me llama la atención y al que más vueltas doy, es al refrán "siempre hay una excepción que confirma la regla", aquello de que siempre hay un puntito negro que nos confirma que todo es blanco. Ahora, aun no se si por suerte o por desgracia, he conseguido aplicar este refrán de forma práctica en mi vida.
¿Cuál es el problema en todo esto? Es muy sencillo pero complejo a su vez. La sociedad de hoy en día, nos vende la libertad de expresión, de gustos, que da igual que te gusten los chicos o las chicas, o los dos, que da igual que seas heavy, gótico, hippie, da igual, todo el mundo pone en su boca las palabras tolerancia, respeto e igualdad, pero, ¿de verdad son así las cosas?¿De verdad aceptamos todos los gustos y formas de ver la vida de una forma respetuosa y tolerante? Yo creo que no, porque si de verdad fuera así, nadie tendría miedo de ser como es, miedo de expresarse tal y como es, ¿no? 

Si de verdad la sociedad, ahora hablando en mi sociedad, la de personas de 16 años, fuera realmente tolerante, respetuosa e igualitaria, yo no tendría miedo de ser como soy, sería quien soy de verdad, y si un día me apetece ir en plan hippie a clase con pantalones de estos a rayas anchos y cualquier cosa, lo haría, pero no es así, porque aunque la gente no te diga nada, todo el mundo opina, todo el mundo comenta en plan de : "qué pintas trae esta hoy", o, "¿por qué le ha dado por ponerse eso?, no le pega nada". Algo tan simple como es la ropa, nos sirve para darnos cuenta que no aceptamos que la gente sea como es. Se nos llena la boca aconsejando a los demás, "tienes que ser siempre tú mismo/a". A mi cuando alguien me dice esa frase, siempre pienso: "¿De verdad quieres que lo haga?". Las personas que de verdad quieren que Yo sea Yo, 100%, sin ocultarme nada, no me lo dicen, porque esas personas se molestan en darme  las suficientes razones para hacerme creer en mi misma y para saber que no debo tener miedo a su lado por ser yo misma, porque no me van a juzgar, ni mucho menos a mirarme de otra manera por saber que soy como soy. 

Actualmente, sólo conozco a una persona que no me juzga por ser quien soy, a la que le puedo contar mis pensamientos más extraños, mis sentimientos mas ocultos, mis sueños más profundos, que sean como sean, no me juzga. ¿Por qué? Porque es la persona que desde un principio se ha molestado por conocerme como realmente soy, porque desde el primer día me ha dado esa confianza y tranquilidad para ser yo misma, para no tener miedo. Esa persona es mi vía de escape, cuando algo me pasa, cuando hay algo que siento o que pienso y que eso me esta destrozando por dentro, se que puedo contar con ella, sea lo que sea. 

Ahora, ya aclarados ciertas cuestiones, voy a contar el fin de esta entrada, y es que, cuando pienses que nadie te puede dar confianza, cuando pienses que nunca nadie va a poder saber toda la verdad sobre ti, no desesperes, siempre hay alguien que aunque le cuentes que eres homosexual, emo, hippie o que estas enamorada de alguien prohibido, no te va a juzgar, solo te va a tender sus brazos y te va a acoger en ellos solo para que sepas que no has de tener miedo porque esa persona está ahí, y no va a dejar de estar. 

Poema 20, Pablo Neruda -"Veinte poemas de amor y una canción desesperada"


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche .
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismo árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alama no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda.

¿Lloras?


Sabes de esas veces que piensas en alguien, y mientras sonríes como una boba te empiezan a salir lágrimas de los ojos?
Pues yo antes no sabía a qué se debía esa mezcla tan absurda de mostrar un sentimiento.
Yo, esa reacción la tengo en dos situaciones diferente, una, la que nos suele pasar a todos es que sonreimos pork a esa persona la queremos con locura, porque es una persona que nos hace temblar cada vez que estamos con ella, con la que sentimos que nada puede ir mal, por eso sonreimos, y lloramos de felicidad, de saber que no nos va a faltar en ningún momento, lloramos pork nos sentimos plenos y creemos que es imposible que sea así, pero cada vez que nos pellizcamos y comprobamos que es verdad, lloramos aun mas, porque somos más felices.
Pero, yo, ahora, no sonrío y lloro de felicidad. Hoy, mejor dicho, últimamente, sonrío cuando me acuerdo de ti, porque me has dejado los mejores momentos de mi memoria, sonrío cuando me acuerdo de tus abrazos, de tu sonrisa, de tus miradas complices queriendo expresar algo que aún no he llegado a descifrar, sonrío porque me acuerdo de todas las veces que te he gritado ¡Socorro!, pero aun mas cuando recuerdo las veces que tu me lo has gritado a mi, sonrío porque he contado contigo para lo mas tonto o básico, pero también para mis problemas existenciales, sonrío cuando me acuerdo de las tonterías que has hecho sólo para arrancarme esa sonrisa tan escondida que tengo. Pero lloro porque todo eso no lo tengo, lloro porque no te veo, porque no se nada de ti, lloro cuando paso por delante de ti y a penas nos cruzamos la mirada, lloro cuando me acuerdo del día que alguien nos separó de esa manera, cuando me doy cuenta de que nada va a volver a ser como siempre, pero sobre todo lloro cuando pienso que no voy a volver a contar contigo de nuevo, que te vas a perder muchas cosas que antes deseabas saber en el instante y cuando se que no voy a poder recurrir a ti de nuevo cuando este sola ante el mundo....
¿Lloras? Pues entonces sabes cómo me siento y cuánto te voy a querer el resto de mi vida.

domingo, 22 de agosto de 2010

A veces, cuando me aburro, cuando pienso en mi vida, en lo que me rodea, cuando estoy a solas con el silencio, suelo preguntarme por qué nos empeñamos en complicarnos tanto la vida. Muchas de esas veces me planteo por qué nos ponemos cadenas a nosotros mismos. Siempre echamos la culpa a la sociedad y al ritmo de vida de atarnos, de impedirnos ser tan libres como deseamos, pero, ¿quién nos pone las barreras en realidad?¿Estamos tan atados como decimos?¿O nos ponemos barreras a nosotros mismos sin darnos cuenta? Decimos que no tenemos tiempo para dedicarnos a eso que "nos gusta", que no somos capaces de ser como realmente somos, que no nos expresamos ta y como nos gustaría....¿De verdad nos falta tanto tiempo?Y si no somos capaces de ser como realmente somos, ¿por qué?¿Por qué cuando tenemos un "te quiero" reventándonos el pecho no lo decimos?¿Tanto cuesta decir "te necesito" cuando estamos débiles? Nos pasamos demasiado tiempo pensando en lo que pudo ser y no fue y si mañana pasará esto o lo otro. Yo no creo en eso de "carpe diem" porque creo que hay que tener cuidado con lo que se hace hoy por lo que pueda repercutir en el mañana, pero también creo que no debemos agobiarnos tanto ni intentar controlar tanto lo que pueda suceder en un futuro, que vivamos el dia a dia, porque a veces pasan por delante de nosotros personas increíbles o experiencias que solo vamos a poder apreciar y disfrutar 100% si somos capaces de vivir en el presente y querer exprimir todo al máximo.

sábado, 21 de agosto de 2010


Muchas veces, cuando todo es difícil, ,cuando todo se nos hace cuesta arriba, pensamos y deseamos volver al pasado para poder cambiar esas cosas que hemos hecho o nos han pasado y que nos han hecho daño, pero sabes? Sin cada uno de los segundos de nuestras vidas, ninguno seríamos lo que somos, porque tanto las cosas buenas como las malas nos pasan por algo, sea justo o no, pero cada milesima de segundo de nuestra vida nos ha ido condicionando a ser quienes somos, a comportarnos como nos comportamos, a pensar de una manera, a ver el mundo desde nuestro propio punto de vista, a sentir de la forma tan especial que sentimos cada uno, a relacionarnos como nos relacionamos, nuestras reacciones, expresiones, impresiones...TODO.
Al menos yo, no quiero que ningun segundo de mi vida cambie, sea bueno o malo, me haya hecho reir, llorar, disfrutar o sufrir, porque gracias a todos esos momentos soy como soy, y no me arrepiento de ser así, porque si hay algo que nunca nadie nos va a quitar es nuestra propia personalidad, eso que nos hace destacar del resto, eso que nos hace ser especial, y no hay nada más especial que ser uno mismo. Y si en un pasado, o incluso hoy mismo hemos cometido un error, más error es querer desacerlo, solo podemos seguir adelante, pedir perdon si hemos hecho daño y seguir, estar orgullosos de nosotros mismos. Aquellas cosas que nos hagan sufrir, eso, nos hace aprender, aprender de hasta donde podemos llegar y con quien, en quien podemos confiar y hasta donde. Pero sobre todo nos hace ser fuertes, nos hace aprender a llevar la cabeza alta y saber perdonar, pedir perdón, ser orgullosos cuando tenemos que serlo pero tragarnos ese orgullo cuando sea necesario.
Hay una cosa que me ha enseñado la vida, y es tener el suficiente cuidado de saber de quien fiarnos, pero también tener la suficiente confianza de saber apreciar lo que tenemos, de muchas veces dejar de pensar en el futuro y pensar en el presente porque hay personas que solo van a estar en el presente, que en un futuro no sabremos que será de ellas y pueden ser personas que nos marquen para siempre, que nos hagan disfrutar de la vida como nadie, razonar como nadie, sentir como nadie mas lo hace y eso es lo que hace que la vida merezca la pena, que merezca la pena luchar por lo que se quiere, por lo que se desea, porque algunos trenes solo se paran 2 minutos en la estación, y algunos ni si quiera eso.
Pero de lo que nunca me voy a  arrepentir es de querer a alguien, de tener ese sentimiento mi corazón, por mucho que eso me haga llorar, me haga rayarme, me haga pensar en muchas ocasiones que soy insignificante, que nada valga la pena y por mucho que desde que empiezo a amar a una persona sepa que es 100% imposible quererla, se que va a ser 100% imposible amarla, pero es uno de los sentimientos mas maravillosos y por suerte o por desgracia el que no podemos controlar y el que nos hace emocionarnos cuando somos capaces de sentirlo, cuando oimos una cancion y pensamos en esa persona, cuando cada vez que la ves algo dentro de ti te dice que no quieres que desaparezca de tu lado, que cada vez que te mira a los ojos, por dentro le estas pidiendo que no deje de hacerlo y que aunk quiera apartar la mirada, no lo hago porque se que cada una de ellas vale oro.
Todo esto me ha hecho aprender que nunca hay que dejar que ese sentimiento se muera dentro de nosotros, que hay que tener el suficiente valor, por mucho que las cosas puedan cambiar, por mucho que a esa persona la puedas perder, de decirle que es la persona a la que mas deseas, la persona a la que quieres con todo tu corazon, y la persona a la que aunque de lejos, quieres cuidar y proteger porque para ti es lo más importante.
Y que esto, de verdad, merezca la pena. Porque no hay nada más importante que sentir que le importas a alguien.