sábado, 29 de diciembre de 2012

El "amor"

En 1924, un médico llamado Francois Boisent, enumeró una a una todas las anomalías físicas y mentales que se producen cuando una persona se enamora. Al principio el enamoramiento tiene numerosas similitudes con procesos gripales: estado febril, dilatación de pupilas, palpitaciones, sudoración, temperatura alta y disminución de pensamientos periféricos. El mal de amores cursa los primeros días como un catarro, pero a lo bestia, hasta que el paciente se habitúa a la presencia de la persona amada. Después, los síntomas, en lugar de remitir como sucede en los procesos gripales, se multiplican: el enamorado pierde el apetito, pasa las noches en vela con gran ansiedad y se entrega al aislamiento y a la soledad. Y, aunque el paciente sabe lo que le está pasando, no hay antibiótico ni antigripal que le alivie. La vida, sin la persona amada, se convierte entonces en un infierno. En función del organismo afectado, su período de recuperación puede ser de unos días o convertirse en una enfermedad crónica, un desasosiego para toda la vida....

miércoles, 26 de diciembre de 2012

I'm fucking crazy

Vas a volverme loca. No. Rectifico. Me has vuelto loca. Dame un respiro por favor, concédeme unos días, unas horas o minutos, unos segundos aunque sea. Has entrado en mi, sin preguntar, sin avisar, sin una orden si quiera. ¿Lo peor de todo sabes qué es? Que tú no has hecho nada. ¿Acaso no ves lo que has hecho de mi? Tu existencia me hace dudar de toda la mía. Lo que en mi ser provocas ha desvalijado todos mis esquemas, ha dejado sin argumentos a mi coherencia, ha desarmado a mi mejor guerrero, el corazón. Estoy completamente rendida a ti.
Tu imagen se me antoja hermosa, tu presencia adictiva, tus ojos me cautivan, me atrapan en una realidad paralela de la que no quiero regresar. Tu sonrisa evoca tiempos tranquilos y mejores, serenidad y energía, suavidad y fuerza, pureza y lujuria. Tu voz hace referencia a un paraíso platónico, casi utópico... tus manos esconden tras de si todo un universo de fantasía y pasión, de ternura y vehemencia, de piel estremecida y labios a medio morder...abren la puerta a un desliz tras otro de mis manos entre tus dedos, perdiéndose en tu cuerpo. La tuya es la historia de una mente maravillosa. Me impresionas, te admiro. Me embaucan tus palabras, tus ideas, tus genialidades...tu criterio, tu crítica, tu razón.
Lo más increíble de esto, es lo extraordinaria que eres y que ni si quiera tengas una ligera idea de todo esto. Cada día mi cabeza me dice: "díselo Belén, actúa, deja tu miedo a un lado". El día que sea tan sencillo como eso, lo haré. Mientras tanto me dedicaré a admirarte en en secreto, a cuidarte desde la sombra y a intentar no dejar nunca de ver esa, tu sonrisa maravillosa.

"A ti, mi maestra"

Pequeños versos incompletos, pero necesito que los vayas leyendo:

"A ti, mi maestra"

A ti, mi maestra, mi guía, mi luz en la oscuridad.
A ti, mi referente, mi refugio, mi verdad.
A ti, mi primavera, mi fuego y mi paz.
A ti, que te fuiste pero aún sigues aquí.
Tú, sí, tú, quien se apagó pero aún deslumbra,
quien sigue sin dejar hueco a la sombra,
quien sigue dando un hogar a un alma como la mía
insegura, triste y sombría,
que se vio colmada de tu grandeza
y arropada por tu endereza.
Tú, quien nunca pereció en el camino,
quien anduvo cual peregrino
en este mundo de infierno y frío
....
-Celia-21-

Continuará.
  

Ni blanco ni negro

De pronto todo va bien. La vida, últimamente, se ha convertido en algo placentero, con sus momentos menos buenos, pero, en general, se está dedicando a mimarme. Ojalá la felicidad se pusiera de acuerdo y a la altura. Sí, estoy bien, contenta, no me quejo porque las cosas están bien y, lo mas importante, me gusta como están. Últimamente, aunque sea para las cosas más absurdas, me estoy superando, estoy derribando ciertos muros, ciertos miedos que nunca antes me habían dejado avanzar y que por fin estoy consiguiendo plantar cara. Hay muchos más que aún me atormentan, pero no tengo prisa, los enfrentaré cuando sea el momento de hacerlo, no quiero ni necesito precipitarme.
En cuestión de unos meses, todo es diferente, pero MUY diferente. La universidad ha cambiado lo que hasta ahora había sido mi vida. Todo lo nuevo que me ha traído ha sido, ES, un soplo, o mejor dicho, un huracán de aire fresco. Sí, estaba a gusto con lo que tenía, pero me ahogaba, todo estaba estancado, mi vida se encontraba en ese punto en el que todos saben o creen saber mucho de tu pasado y, por tanto, cualquier acto o palabra que se salga de esa "Belén" tradicional, de esa que sigue un patrón, de esa que nunca rompe o fisura las normas, de esa que siempre había querido ser invisible, de esa que no acostumbrara a sonreír, ni a bailar..... todo fuera de eso llamaba de un modo exagerado la atención. Sin embargo, ahora, por fin soy libre. Nunca antes me había sentido así, bien por pequeña o bien por miedo. La universidad me asustaba, es verdad, no obstante, ahora me asusta pensar en mi vida sin la universidad. Un lugar en el que tú no sabes nada de nadie, pero lo mejor de todo es que nadie sabe nada de ti. Y eso, por más que como he dicho asuste al principio, en seguida te das cuenta de que es lo mejor que te ha podido pasar. Cuando quise ser consciente de ello, sonreí, sonreí como hacía mucho tiempo que no hacía. Descubrir gente, mucha gente, de muchos tipos, con muchas "ideologías", con muchos estilos, muchas formas de hablar y ver el mundo...en fin, mucho de todo. Un lugar en el que seas como seas, no vas a destacar, no más que el resto. Es más, el raro es el que aparenta normalidad, el que aparenta no tener nada especial, raro o diferente. Los primeros días empecé siendo yo, la de siempre, la que aparenta normalidad, tranquilidad y cordura. Esa no soy yo. Entonces, mirando a mi alrededor, entre sonrisas y en un ambiente completamente extraño, decidí ser yo misma, decidí no esconderme de mí misma y mostrarme tal como soy, con mis normalidades, mis excentricidades, mis ñoñerías, mis barbaridades, mi sonrisa, mis ganas de ser diferente, mis ganas de ser YO. Cada día, al volver a casa, cansada y de noche, solo se me ocurre ir sonriendo por la calle y mientras subo las escaleras camino a mi hogar. La razón es tan sencilla como que vuelvo con sensación de libertad, de coherencia conmigo misma, de serme fiel.
Y sí, soy rara. Puedo ser cuerda, seria, responsable, trabajadora, culta, fina, educada, servicial, detallista.....pero también puedo estar loca, ser bruta, despistada, reírme constantemente....y no es cuestión de ser bipolar, ni de elegir una personalidad. Es cuestión de que tengo cantidad de cualidades y, la mejor forma de ser uno mismo, es cultivarlas todas y aplicarlas en el momento adecuado: ser coherente cuando hay que serlo, dejarse llevar en la situación apropiada, sonreír o ser la persona más responsable del mundo. Que no hay que elegir blanco o negro, a mi me gustan más las escalas, los colores, la vida.

¿Por qué solo Navidad?

¡Feliz Navidad! ¿Qué frase/deseo tan bonito verdad? En verdad lo es y lo creo así. Es por ello por lo que me apena tanto escucharla tanto, de tantas personas a tantas otras. Cierto es que muchos son de verdad, que la mayoría de quien lo dice lo dice de corazón pero, ¿cuántas veces, incluso nosotros mismos, lo hemos dicho por educación? ¿Por cumplir? La Navidad está considerada la época más bonita del año, esa en la que la gente, DE REPENTE, se vuelve buena, solidaria y lleva una sonrisa allá donde va. Es agradable, sí. A mí nadie me engaña. Para mi, la época más bonita del año es todo el año, los días más bonitos son cada día. ¿Por qué? Que alguien me diga por qué tiene que ser 10 días al año cuando tengamos que tener palabras bonitas con los demás, cuando tengamos que aprovechar para decir todo aquello que nos gusta de alguien, el momento de regalar sonrisas y abrazos sin motivo, a personas incluso desconocidas. Necesito, al menos, una razón; un buen, repito, BUEN argumento que me convenza de que esta época es especial. Sí, me diréis, es que es nochebuena, Navidad, nochevieja, año nuevo, vienen los reyes.... ¿Y? Sí, es bonito recibir regalos, juntar a la familia, ponerse las botas cenando y comiendo...no os voy a decir que no me guste, pero.. ¿Por qué no hacemos eso cualquier día del año? ¿Acaso es más especial comer con los abuelos el 25 de diciembre que el 20 de abril? ¿Qué diferencia hay entre mostrarse aprecio hoy, en marzo o agosto? A lo mejor es culpa mía, a lo mejor soy yo que, una vez más, me planteo el por qué de las cosas sin deber hacerlo tal vez.
Sea como sea, yo ya he pedido mi deseo de Navidad. Lo llamo de Navidad porque ha sido hoy cuando he salido a la calle, he mirado al cielo, oscuro y tranquilo, he pensado, o mejor dicho, he querido creer que ella estaba allí arriba, cuidando de todos como siempre. Y he pedido el deseo más sincero que creo que he pedido jamás. Es simple, muy simple. Lo único que quiero es no tener que decir adiós para siempre a nadie más, no volver a tener que decir un último "te quiero" a alguien a través de un cristal, rodeada de color negro, lágrimas y dolor, ,sobre todo dolor. Mi deseo es que todos plantemos de una vez los pies en la tierra y aprovechemos cada día, junto a los que queremos, apreciamos o simplemente conocemos. Y hacer de todo el año la Navidad, de todos los días, días en los que tener la oportunidad de decir a los demás cuánto nos importan, sin miedo, sin vergüenza.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Principios vacíos

Las personas, yo la primera, nos escudamos en la sociedad en la que vivimos para decir que ella es quien nos moldea y nos guía en este bucle de consumismo. Acusamos al capitalismo de nuestros materialismos, a los medios publicitarios de crearnos necesidades falsas y artificiales, a las series, películas y demás por enseñarnos vidas de lujo y querer comparar las nuestras con esas y, al no encontrar la misma cantidad económica en el valor de las cosas, tendemos a desmerecerlo y creerlo menos.
Nos encontramos inmersos en un tiempo de crisis, de poco optimismo, un tiempo de escepticismo en el que prima el yo por encima del nosotros. No digo que sea más importante una cosa que la otra, sólo digo que, esa primacía del yo, mientras perdure, no nos permitirá avanzar hacia nuevos horizontes o hacia nuevas metas, como pueden ser la cooperación social. En los últimos meses, al menos en España, parecen aumentar los movimientos "solidarios", los movimientos "humanos" y de pronto parece todo maravilloso e incluso utópico. Pero, lo siento, llamadme aguafiestas, pero a mi todo esto me genera un importante debate social y hasta moral interno. Cierto es que hay cantidad de personas, verdaderamente humanas, verdaderamente conscientes de la realidad a la que nos hemos precipitado sin paracaídas y con ganas de cambiar las cosas, porque creen que se puede, que están haciendo todo lo posible por ello, habilitando sus propios medios, escasos o rebosantes, pero lo que tienen. Personas que ofrecen su hogar, su comida, su agua, su calor....su esfuerzo, su tiempo, su sudor...lo que está en sus manos por aquellos que por no tener, casi no tienen ni manos. Sin embargo, me preocupan las grandes empresas, las marcas/productos/entidades/personajes que tan al lado están de todo el desastre social, que tanto se preocupan por acciones sociales, por crear bancos de alimentos, destinar dinero, hacer campañas benéficas y un largo etc de buenos actos sociales cuyos beneficios, obviamente, son enormes y nadie los discute. Lo que a mi me suscita este debate y este, en cierto modo desconcierto, es el posible hecho de estar sumiéndonos en una espiral de valores vacíos, de acciones sin unos principios más allá de aquellos relacionados con la buena imagen y la simpatía de determinados colectivos. Me preocupa, mejor dicho, me asusta pensar que de una situación que yo calificaría de trágica, en la hay familias cuyos todos sus miembros están en paro, familias en la calle, sin recursos, sin a penas un bocado que llevarse a la boca, aquellos quienes han provocado todo esto, quienes manejan todo ese dinero que les falta a quienes lo han perdido todo, aquellos que se permiten el lujo de derrochar.. esos, sentados en un despacho y desde su sillón, con su traje de marca y sus zapatos de piel brillantes y perfectos, sean quienes organicen esas campañas benéficas, o decidan destinar un 1-2% de sus beneficios (en el mejor de los casos) a algún tipo de asociación para aquellos que viven del subsidio, o acepten donar sus productos perecederos y ya no útiles a los bancos de alimentos.... o todo lo que se os pueda ocurrir. El por qué de mi miedo, reside en que detrás de estas acciones y ojalá me equivoque, no veo ningún tipo de razón personal, moral o mínimamente social que mueva a estos grandes peces gordos a hacer lo que hacen. Dudo, de verdad, de que alguno de ellos lo haga de verdad de corazón, porque considere que tiene demasiado y decida compartirlo.... Me parece que, sobre todo en los casos empresariales, lo que mueve a esto son posteriores beneficios que van desde un buen reconocimiento popular hasta reducción de impuestos de cara al gobierno por la realización de estas acciones.
Me parecería pésimo y triste pensar que ahora, en lo que hemos caído es en una falsa moral, en utilizar un arma de doble filo, en ser las moscas de la mierda, en buscar nuestro propio beneficio a partir de la desgracia ajena.
Ahora, creo que todos, deberíamos replantearnos el verdadero significado de la Navidad. De nada vale ser gentil, amable o solidario unos pocos días al año y porque en los medios se encargan de que lo recordemos... si de verdad queremos que algo empiece a cambiar y a funcionar de otra manera, a empezar a tomar un tono gris en vez de negro, entonces, empecemos por esto.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un paso y otro...

No pienses, no planees, no imagines, no pretendas, no tientes, no aspires....avanza, da el primer paso, el segundo, el tercero, el cuarto...sobre todo NO te detengas. Que pararse o mirar atrás nunca sea una opción, ni si quiera con la que dudar. Actúa, casi sin pensar, basta con que lo desees, con que tus sentimientos sean puros y sinceros, basta con que tu ser se sienta ávido de ganas.
Mírala de frente, acércate lenta, muy lentamente , sin apartar tu mirada de sus ojos, sin dejar de decirlo todo con los tuyos; extiende tu mano y busca la suya, encuentrala y acariciala; continúa con su brazo, subiendo sutilmente hasta llegar a su cuello, entonces sube a su rostro y perfila sus labios. Ahora, en cuestión de unos pocos segundos, aparta momentáneamente de sus ojos tu mirada y dirígela a su boca, muérdete sensualmente tu labio inferior, vuelve a mirarla a los ojos, y bésala. Establece contacto entre tu boca y la suya, pero sin prisa, el primer contacto debe ser leve, cálido y suave. A raíz de este momento....mantén los ojos cerrados, el alma libre y siente, disfruta, vive.

Esa, tu pureza...

Un día más me dejo caer por estos lugares... Una vez más mis manos acarician estas teclas para liberar mi alma...Una noche más mis pensamientos no pueden alejarse ni un milímetro de ti...No puedo evitar echarte de menos, no puedo apartar tu recuerdo de mi. Como si de un resplandor de fuego se tratase, tu imagen viene a mi, firme, esbelta,delicada y sutil, tan cálida que acaba quemando...quema pero no duele, no me hace daño, al menos no de momento. Cierro los ojos y sólo veo tu sonrisa, tan linda, tan perfecta, tan espléndida que...¡Dios! No encuentro suficientes palabras para expresarlo. ¿Os habéis sentido alguna vez plenos al desear algo? ¿Llenos a rebosar de un calor interno del que es imposible escapar? ¿Vuestra alma, alguna vez, se ha sentido despegar y volar, ,libre y ligera? Yo siento que desde que rondas mi ser no he vuelto a tener los pies en el suelo y eso me gusta, me gusta mucho. Me encantan las palabras que me dedicas en cada día o en cada mensaje, me enamoran tus expresiones, me pierde cada sonrisa que consigo robarte... El no saber si podré algún día o no besarte me desespera, me preocupa, pero de alguna manera u otra es lo que más magia aporta a esta historia. Un sentimiento diferente, especial, centrado en una persona como tu....me engrandece, me enorgullece poder sentirlo. No puedo permitirme dar un sólo paso en falso, no lo soportaría. No concibo otra idea sino de la delicadeza y la pureza que supondría la unión de nuestras almas...la unión de nuestros cuerpos.

martes, 18 de diciembre de 2012

La inocencia de tu sonrisa....

Ni la flor más bella podrá jamás comprarse con tu belleza, ni la estrella más brillante, ni la luna más pura... Nunca más podré contemplar en alguien la dulzura de tu rostro, la escultura de tu cuerpo, la sencillez de tu ropa o la personalidad de tu pelo.  Cada día me absorbes más, el paso de las horas consigue incapacitarme por completo a la hora de controlar mi pulso o mi mirada. No puedo resistirme, estás tan cerca, pero te veo tan lejos.... Te admiro, de un modo sutil. Mi mirada dibuja suavemente tu perfil, acariciando tu rostro entre la sien y la barbilla con la yema de los dedos; perfilo tus labios, tan hermosos, tan apetitosos, tan sensuales...tanto que cada segundo mi ser desea besarlos, suave y cálidamente, con el mayor amor amor del mundo. Pero no acaba ahí tu boca, esconde algo más. Puedes parecer seria, poco risueña, pero cuando sonríes... ¡ay cuando sonríes! Iluminas tu rostro y mi alma, sonríes de una manera que jamás habría imaginado.... En tu sonrisa se esconde toda tu inocencia, toda esa parte de ti, tan sincera y agradable, como la que se oculta tras la sonrisa de una niña pequeña.
Eres fascinante, increíble, exuberante....eres...eres preciosa, no hace falta buscar más palabras. Me enganchas y, al contrario de lo que eso supondría,  liberas mi ser, tanto por poder sentir algo como esto por alguien como tu, como por tu filosofía de vivir...resulta tan pura que no me da miedo y he aprendido más que nunca que más importante es la esencia que la apariencia.
Pero aún no soy libre del todo, aún no soy libre de admitir esto que siento de cara al mundo y mucho menos de cara ti. Aún no me siento capaz de admitir públicamente que no te tratas precisamente de un príncipe azul, que tal vez el cuento ha cambiado un poco, un poco bastante. Pero no tengo miedo de esto, no se lo pienso tener, tiempo al tiempo como dicen. Mi mayor propósito ahora mismo es darte las suficientes razones para que puedas confiar en mi... al margen de otros posibles propósitos amorosos.

Stronger....

No es fácil encontrar las palabras adecuadas para esto. No existe, al menos en mi, la capacidad de describir todo este huracán de sentimientos con coherencia. Tal vez sea porque nada de esto lo es, tal vez sea porque desde que apareciste, ya no sé dónde está el límite entre la locura y la razón, ni entre el deseo y la vehemencia, ni entre el frío y el calor....tal vez sea porque has roto todos mis esquemas, porque has derribado un muro enorme, ese donde se encontraban mis límites. No quiere decir que ahora sea extremista, ni mucho menos; quiere decir que ahora que, mucho tiempo después, me tengo que volver a enfrentar a un sentimiento, lo haga de esta manera.
Me desbordo, mejor dicho, me desbordas. Te miro...te miro y sólo soy capaz de desearte. Pero por favor, no pienses que mi deseo es material, no creas ni por un segundo que esto es puramente carnal. Esto no es cuestión ni de química, ni de física, es cuestión de lo que representas,  es cuestión de que no consigo sacarte de mi cabeza...

jueves, 22 de noviembre de 2012

Juego de miradas

Sucedió casi sin querer y sin darme cuenta. No logré descifrar cómo, ni cuándo, ni por qué, pero en aquel preciso instante  y sólo entonces, nuestras miradas se cruzaron, en medio de todos, delante de nadie... A medida que miraba sus ojos, el resto de miradas, de personas, fueron desapareciendo, como si de un truco de magia se tratara, o un efecto óptico, o una ilusión, no lo sé, pero lo que tengo seguro es que todo desapareció para dejarnos a solas: su mirada y la mía.
Sentí, por un instante, un pánico inmenso y un impulso casi eléctrico recorrió mi mente pidiéndome bajar los ojos y disuadir aquel encanto, aquella maravillosa atmósfera que nos había envuelto. Como si de la seda más suave se tratase, sus ojos, apetitosos como el chocolate y dulces como la miel, acariciaron mi rostro, sin dejarse un sólo milímetro. Yo, en estado aún de incredulidad, no podía romper el hechizo al que me sometió, no podría dejar de admirar su serenidad, su sinceridad...  como si de un niño tras un caramelo se tratase, mi ser entero ansiaba adentrarse en los misterios de aquellas pupilas, en los acantilados y valles de su alma, en su esencia secreta.
Al tiempo que seguía acariciando mi rostro con su mirada, conseguí reaccionar, y no pude sino hacer lo mismo, acariciar y mimar su rostro, poro a poro, ya no con mis ojos, sino con mi alma. Casi por inercia, nos dirigimos hacia el mismo rincón, nuestras miradas dibujaron el contorno de nuestros labios... Entonces descubrimos la vehemencia que escondía tanto misterio y tanta sensualidad. Un arrebato nos recorría las entrañas y deseos más ardientes y puros; un arrebato de pasión, cada vez más fuerte, cada vez más provocador, tan incontenible que mi razón me abandonó y se entregó. Dejó así, por tanto, mi espíritu libre de demonios, libre de miedos. Mi cuerpo, guiado por semejante impulso, buscó sus labios, su cuerpo, su piel... Mi alma buscó su misterio, su calor, su encanto... Me aproximé a una velocidad de vértigo y, sin embargo, al estar a un milímetro de su boca, rozando su piel, sintiendo su aroma, todo se detuvo, todo se ralentizó hasta límites exagerados. Aún me daba pánico dar el siguiente paso, pero no podría dejar de desearlo, no podría detener mi cuerpo, ni mi alma, ni nada. Mi mano acarició su rostro, nuestros ojos no dejaban de observarse. Mi corazón comenzó a desbocarse.. Su mirada en mis labios, la mía en los suyos... Un segundo de máxima tensión...y nuestras almas se unieron, nuestros cuerpos suspiraron al tiempo que se mostraban tanto con aquel beso...nuestras manos se juntaron.... Mi alma se sintió libre, más libre que nunca.

lunes, 29 de octubre de 2012

Sólo la Luna...

No os habéis fijado nunca, ¿verdad? Decidme, ¿qué ven vuestros ojos al mirar al cielo de Madrid en la noche? Seguro que ven luces de farolas u edificios, un manto de perfecta negrez que se encarga de romper la Luna. Pero sólo la Luna. Llamadme mentirosa pues, alguien dirá que en el cielo de Madrid se ve mucho más que la Luna. Lo admito. Alguna vez conté una, dos, o tal vez tres estrellas que, tímidas, deciden recordarnos que existen. Pero ahora decidme, ¿han visto vuestros ojos una noche cubierta de estrellas? ¿Han observado vuestras almas algo así de hermoso alguna vez? ¿Y vuestros espíritus, se han sentido alguna vez libres al sentirse parte tan menuda de algo tan inmenso?
Yo dormí arropada por un manto de estrellas. Pero no un manto cualquiera, ni si quiera la típica noche estrellada de Hollywood ni de las postales. Aquello fue indescriptible, embaucador, soberbio....tanto que aún cierro los ojos y soy capaz de recordar aquel cielo plagado con miles, millones de estrellas agolpadas, pelándose por un hueco entre las demás.
Madrid es la ciudad que nunca duerme. La noche de Madrid..... la noche de Madrid es una noche que enamora: sus calles, sus lugares, sus rincones, sus callejas, sus grandes avenidas con un continuo flujo de vehículos aún siendo las 3 de la madrugada, sus baretos, sus bares de copas, y esos garitos que descubres cada noche, cada uno con su encanto, cada uno con una historia ya para siempre grabada a fuego en tu retina....qué sería de mi vida sin la noche de Madrid.
No obstante...tampoco puedo olvidar que gran parte de mi ser se lo debo a los millones de estrellas que me han visto amar a 3000 metros de altitud, allí, en un lugar perdido en los Pirineos, entre la frontera española y gala. Al marcharme de aquel paraíso utópico, prometí volver, volver para darle las gracias por hacer de mi quién soy. Fueron cuatro noches, repartidas en dos años. El primero fue sin duda el más revelador, nuevo y fascinante de todos. Aquella primera noche, junto a un lago helado, dejar las botas a un lado, introducirme en el saco, echar la vista arriba y quedarme anonadada y cautivada por la maravilla que contemplaban mis ojos y mi ser. Me sentí el ser más insignificante del universo ante tal magnitud pero, al contrario de lo que supondría esta sensación, eso me hizo sentirme alegre, feliz y realizada. Sonreí. Llevaba alrededor de 9 horas montaña arriba, una ascensión de 2500 metros y todo por gozar de aquel regalo que ponía la vida ante mi. Aquella perfecta noche de estrellas y una Luna que brillaba cual faro al fondo del mar culminó de la mejor que manera que jamás ha terminado una de mis noches. Culminó con aquel "Buenos días princesa" que aún me hace recordar su voz y sentir su tacto. ¿Qué no daría yo por volver a ser aquella princesa con botas de montaña? Las otras tres restantes noches son simples noches de nostalgia y melancolía acentuadas por tal cantidad de estrellas. La última de todas también fue más que especial. Agotada tras 15 días de campamento, 2 marchas y una fiesta aquella noche hasta las 4 de la madrugada. Una vez en el saco volví a mirar arriba y allí estaban, puntuales como cada noche para proteger mi sueño. Y no se conformaron con eso, no. Pasaron 5 estrellas fugaces, a cada cual más hermosa y rápida. Aún recuerdo aquel deseo que susurraron mis labios.
Tal vez alguna vez alguien se pregunte cómo es posible que ame tanto la noche de Madrid habiendo experimentado noches como las de Pirineos. Puede que la respuesta no sea sencilla, o tal vez si.
La primera de todas es que Madrid es la ciudad que me ha visto nacer, crecer, llorar, reír, caerme, es la ciudad que ha visto mis primeros pasos, mis primeras ilusiones así como mis primeras decepciones. Madrid me ha visto enamorarme y llorar por amor, ha visto mi primer beso, y el segundo...y prácticamente todos. ¿Cómo no amar la noche de Madrid? Eso me pregunto yo. Si me apasiona de esta manera, puede ser, tal vez, es que pensar en Madrid cubierta de oscuro, iluminada por miles de farolas y albergando tantas historias en la noche, incluida la mía, me hace sentir que estoy en casa, y que cada una de esas noches será toda una experiencia que me marcará de una forma u otra para el resto de mi vida. Madrid ha albergado en su seno las mejores noches junto a la mejor compañía de mi vida. Ha sido testigo de noches en discotecas, pero sobre todo, y las que más especial y diferente hacen a la noche de Madrid, son aquellas en los bares de los rincones menos pensados, con la/s personas más presentes de mi vida. Cerveza en mano, música buena de fondo y la mejor y más sincera conversación que pueden tener dos personas en su vida. Eso, esa sensación, esa libertad y esa calma, solo es capaz de trasmitirla Madrid.
Ah! Esto nunca se me podrá olvidar. Tal vez en el cielo oscuro de Madrid sólo pueda verse con claridad la Luna. Pero ella es más que suficiente, sirve para acoger los millones de sueños de los millones de personas que dormimos bajo ella. Las estrellas no hacen falta y os voy a decir por qué. Una estrella no solo es ese astro (sol) en una galaxia a millones de años luz cuyo esplendor nos llega en forma de puntitos luminosos por la noche. Para mí, las estrellas, son todas aquellas personas que ya no brillan entre nosotros, en el día a día porque han pasado a brillar allí arriba, tanto de noche como de día, para protegernos siempre y en todo, para que cuando miremos al cielo en busca de respuestas, aprobación, culpabilidad o cualquier otro sentimiento, poder consolarnos sin que lo sepamos. Esas son las verdaderas estrellas, quienes de verdad nos hacen ser y creer en lo que somos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Ausencia...21

No hay cosa que más odie que una ausencia en mi vida. Mucho más cuando se trata de más de una. No hablo de ausencias románticas como puede ser un amor no conseguido o frustrado. Hablo de ausencias de verdad. Hablo de ausencias de esas que más se notan cuando peor van las cosas, o cuando revives ciertos momentos, lugares, canciones, fotos, escritos... Hoy os hablaré principalmente de 1 ausencia que nada tiene que ver con el amor, al menos no con el amor de pareja, porque sí que es un tipo de amor. Ya hay alguna entrada más por aquí hablando de ella, de Celia. Ayer, día 21, han hecho 8 meses desde que comenzó a estar ausente y, aunque en teoría lo menos soportable es al principio, para mi, según pasan los meses, noto más que ella ya no esta. Y eso teniendo en cuenta que ya este curso he dejado de estar entre los pasillos de mi instituto y, por tanto, ya no estoy donde estaba con ella. Pero, puede que sea por el tipo de carrera que estoy haciendo en la universidad, cada vez la tengo más presente. Cuando los primeros días los profesores o algunos compañeros me han preguntado el por qué de querer ser maestra, mi respuesta ha sido clara, y es que es algo que llevo deseando desde bien pequeña, una vocación, y que esa vocación y deseo se han visto reafirmados por algunos profesores y una de ellas en particular. Ella, Celia. Siempre dije y supe que era una gran maestra, alguien con vocación, que estaba ahí por y para nosotros, no sólo por cobrar un suelo. Nadie dudaba de que su vida y su eterna juventud se hallaban entre aquellos pasillos, entre nosotros, CON nosotros. A lo largo de los cursos que hice con ella, y durante el resto teniéndola entre los pasillos, me enseñó muchísimas lecciones, y no hablo ni de las matemáticas ni de plástica, hablo de lecciones vitales, morales, sentimentales y un sin fin de aspectos más. Pero había una lección que aún no me había dado nadie, y aunque por desgracia, por suerte fue ella quien me la dio. Tenía que ser ella, no podía ser otra persona. Tras mi madre y mis abuelos, ella ha sido quien más de la vida me ha enseñado, y fue ella quien me dio su gran lección final. ¿Cuál fue? Me enseñó lo grandiosa que puede ser la vida de una "simple maestra". Me enseñó que no hace falta ser Jesucristo para obrar verdaderos milagros, ni tener grandes medios o fortunas materiales. Me enseñó que los milagros se hallan en las cosas más insignificantes y corrientes de la vida, que se hallan en uno mismo en relación y dedicación por los demás. Me enseñó que un verdadero milagro es ser capaz de trasmitir lo que uno es a los demás, poder enseñarles a vivir, a valerse por sí mismos, a dejar de tener miedo o, mejor dicho, a ser capaces de enfrentarse a sus miedos. ¿Cómo lo hizo? De la forma más dura que me han dado una lección en mi vida. Se fue, para siempre, su cuerpo decidió abandonarla. Pero fue precisamente su espíritu y no su cuerpo el que estuvo ahí para aun en ese momento enseñarme algo grandioso. Lo grandioso estuvo en la unión, de hasta las personas más distantes, a raíz de este momento. El verdadero milagro estuvo en que esto nos llevó a cada uno a sacar lo mejor de nosotros mismos por ella, con los demás. Es una auténtica desgracia ver a decenas, cientos de personas llorando entorno a un féretro, no obstante, es hermoso. Es extraordinario ver cómo una persona, en sus escasos 44 años de vida, ha obrado de tal manera que en el momento de su adiós cientos de personas se reúnen entorno a ella y junto a su familia para que nadie se olvide de lo grande de su persona y de lo maravilloso de su vida y de su obra. Ver profesores compañeros, familiares y un sin fin de alumnos y ex-alumnos queriendo estar presentes allí para que, esté donde esté, sienta y vea que su vida fue grandiosa y fructífera, que su paso por la vida de tantas personas ha dejado una huella imborrable, es algo verdaderamente sublime.
Desde aquel fatal 21 de Febrero de 2012 sé que mi profesión y vocación siempre te tendrán como referente, y que dedicaré cada una de mis clases a seguir tu modelo de vida y enseñanza. Mejoraré con cada error y tendré en cuenta cada fallo para siempre mejorar, porque, entre otras cosas, me enseñaste que siempre hay margen para mejorar, ya sea dentro de lo malo o de lo bueno.
Ocho meses después sigues tan presente en mi como durante los 6 años anteriores y, tranquila, ten por seguro que por más que pasen los meses, los años y las décadas, nunca me olvidaré de quién fue una de mi verdaderas maestras.

Fear

No sé si alguna vez habéis sentido un miedo de este estilo. Yo más bien lo llamaría pánico. Creí que nunca me enfrentaría a semejante sentimiento. No es la primera vez que un sentimiento me da miedo, ya lo tuve antes, pero fue un miedo razonable porque se trataba de un sentimiento razonable, lógico....por más descabellado que fuera SIEMPRE estuvo dentro de la norma, de los límites. Esta vez se me escapa de las manos, del entendimiento....se escapa de todo. No soy si quiera capaz de encontrar las palabras adecuadas para intentar explicar todo esto sin que parezca que me he vuelto loca.
Mi corazón, moribundo, vaga por mis entrañas soportando un peso que le lleva a agonizar cada segundo un poco más. Cada minuto pensar que existe añade un gramo más de peso.....con el paso de los días se ha trasformado en kilos, y acabarán siendo toneladas. Llamadme insensata, pero no puedo dejar de hacerlo, es una tortura, algo que acabará por destruirme, pero su recuerdo resulta demasiado dulce a mi ser, es un bálsamo a mi ansiedad, una adicción para mi mente, una perfecta utopía en mi corazón que no quiere despertar y verse en la realidad. He colgado todo mi razonamiento de un hilo por entender todo esto y poder ubicarlo en algún lugar de la razón, de lo normal. Pero lo he dejado por imposible. Puedo luchar contra muchas cosas pero contra eso no. He de admitirlo, es algo completamente ilógico, nuevo para mi, algo que se escapa a mi razonamiento, a mi concepto de lo normal pero, tal vez, sea eso lo que más me gusta. No soy capaz de organizar mis sentimientos, ni de pensar en frío. No soy capaz de abstraerme de mi misma para pensar en todo esto y pensar una solución ya no lógica, sino posible y lo menos dolorosa para mi. Aquí se que no va a resultar herido nadie, nadie más que yo. No tengo planes, ni expectativas de conseguirlo, ni si quiera de intentarlo. No tengo mil soluciones para esto como de costumbre las suelo tener. Mi imaginación y capacidad de síntesis y de razonamiento han decidido fugarse y dejarme sola con esto.

jueves, 18 de octubre de 2012

Culpable de mis anhelos

Dime. Una rosa es hermosa sólo por el hecho de ser una rosa. Una perla es fascinante sólo por el hecho de ser una perla. Un diamante deslumbra sólo por el hecho de ser un diamante.  La luna es bella sólo por el hecho de ser la luna. Un poema agrada, es un poema. Un atardecer encandila sólo por el hecho de ser un atardecer. Pero, ¿tu? Tu eres hermosa, fascinante, deslumbrante, bella, agradable; encandilas, enganchas, enamoras. Tu perfilas cada uno de los deseos de un alma como la mía. Dibujas con tus ojos los sueños más dulces capaces de soñar mi ser. ¿Cómo no voy a admirar tu sonrisa? Dime, ¿cómo? ¿Cómo podría resistirse la luna a verte cada noche? ¿Y las estrellas? ¿Acaso crees que el sol se queda atrás? Puede que se oculte tras las nubes, tan sólo porque se ruboriza al verte, pero cada día acude puntual a entrar por tu ventana y despertarte cálida y suavemente. Me atormenta no ser él, no poder acariciar tu rostro dormido como lo hace él al amanecer. Dichosa la fortuna que tienen todos los astros de poder observarte y proteger tu cielo cada día, cada noche.
No obstante yo también me considero dichosa. No se si a Dios, al destino, a la casualidad, a la vida o a quién agradecerle tu existencia en mi vida pero, sea a quien sea, en mis últimos instantes le daré las gracias por ello. Me considero dichosa al verte, pero sobre todo al poder pensarte. Aún paso noches en vela preguntándome cómo es posible la existencia de semejante ser. Cómo es posible que hasta de tus defectos saques partido. Dime, ¿cómo irradias semejante fuerza y calma con tu sonrisa? El mero hecho de hallarte junto a mi aún siendo más personas consigue ponerme una meta para cada día, y es llegar a ese momento. Una vez que estás tu, estamos todos, la función puede empezar. Mi mayor desgracia, tu ausencia. Acostumbro a tenerte ausente a diario, pero no en los momentos que has de estar. Unas pocas horas de tu ausencia fueron suficientes para dejar en evidencia que te necesito esas pocas horas más de lo que puedo necesitar respirar. Nunca pasó por mi cabeza el hecho de que alguien como tu pudiera entrar en mi corazón, en mis anhelos. Pero tu has cambiado mi vida. Has cambiado mi manera de entender la vida, el amor, a las personas. Has cambiado incluso mi manera de entenderme a mí misma. Tu nombre lleva consigo el descubrimiento de un sentimiento completamente extraño para mí pero ahora tan familiar y necesario que no quiero dejarlo atrás, ni por imposible.  A priori, esto, un tu y yo, no parece difícil, se me antoja imposible. Sin embargo, alguien dijo una vez que los imposibles también existen. Por tanto, tu existes.

Aprender a vivir.

Hubo alguien que un día me dijo que nunca dejase de escribir. Nunca supe el verdadero significado de ese consejo hasta ahora. Durante los últimos meses apenas he escrito. Por unas razones o por otras he dejado de lado esta faceta, he dejado de sentir como sentía antes, o mejor dicho, he dejado de expresarme como me expresaba antes. Sentir, nunca se deja de sentir. Y, como casi cada día de mi vida, he aprendido algo nuevo gracias a esto, y es que no hay mejor placer en la vida que escribir. Me gustan mis seguidores, y que el contador de visitas suba, pero lo que más me gusta, sin duda, es lo liberado que se siente mi espíritu con cada palabra que siente mi corazón, piensa mi cabeza y escriben mis dedos. No sé lo que pensará el resto de personas que conocen a quien me dijo aquello, pero si algo puedo decir, humildemente, es que es una de las personas más cultas y sabias que conozco. Y con ello no quiero decir que haya estudiado 4 carreras, ni sea ingeniera, no. Con eso quiero decir que es una persona que, a parte de estudiar, a lo que se ha dedicado enteramente es a vivir, y a sacar provecho de sus días. Es alguien que no está en el mundo sin más. Tenga la certeza o no de que esta es la única vida que vamos a vivir, se dedica a aprender de ella lo más que pueda, a disfrutarla, a sentirla. Es de esas personas que en vez de correr de una lado a otro se dedica a sentarse a escuchar al mundo. Observa, analiza, es paciente, piensa, siente, quiere y ama lo que tiene. No me encuentro ni a la altura del suelo respecto a tan sabia persona y tardaré mucho en escalar algún puesto al respecto. Para ello, sin duda, solo me queda seguir aprendiendo de ella y de su forma de vivir, sólo he de aprender a vivir.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Hablemos de sentimientos. En serio.

Hablemos de sentimientos por favor, lo necesito. Hablemos de verdad de sentir, no hablemos de lo que pensamos que debemos sentir. Desde que nacemos todos estamos enseñados y acostumbrados a seguir el curso natural de las cosas, entre las que se encuentran los sentimientos. Desde el momento que nacemos y empezamos a saber lo que pasa a nuestro alrededor y empezamos a saber quien es quien descubrimos un mecanismo muy sencillo que sigue casi la totalidad de la gente con la que nos encontramos en los primeros años de nuestra vida, que son los más importantes, en los nos acostumbramos a ver una vida que será la que para siempre siempre consideremos como normal y natural, como lo que está bien, como lo que se debe hacer. ¿Qué es lo más básico que asociamos a nuestra vida? Todos nacemos y por costumbre tenemos un padre y una madre, un hombre y una mujer, básicamente porque es el único modo de reproducción animal y, por tanto, humana. Parece algo insignificante, algo normal porque lleva toda la vida siendo así, durante siglos, desde que existe la humanidad. Es cierto que no puede ser de otra manera porque es el único modo de reproducción natural, la unión de un hombre y una mujer. Es así, que desde pequeñitas las niñas miramos a los niños, y los niños miran a las niñas, porque es lo natural, porque papá y mamá son hombre y mujer, y los abuelos, y los tios, incluso las parejas que salen en las pelis de disney, siempre una princesa con su correspondiente príncipe azul, o bueno vale, una princesa cuyo príncipe azul es verde y se llama Shrek, pero siempre son hombre y mujer.
¿Alguien recuerda haberse planteado de pequeño/a por qué si es niña mira a los chicos y si es niño mira a las chicas? ¿A que no? Y el por qué es tan sencillo porque como es lo que vemos a nuestro alrededor, ni si quiera nos surgen las dudas, ni si quiera llegamos a pensar el por qué, es algo natural, el curso de la naturaleza que, como tantas otras cosas, es así, sin más. Y desde pequeños es lo que llevamos dentro de nosotros y aceptamos sin más. Las niñas desde pequeñas nos pasamos la vida buscando un príncipe azul, como en las pelis, con toda la inocencia y esperanza del mundo. Los chicos, son diferentes, hasta casi los 13-15 no se interesan por chicas. Sí, lo típico de que le gusta alguna, pero son más del fútbol, música u otro tipo de hobbies, se complican menos la vida. Pero claro, todos llegamos a una edad en la que por H o por B nos empezamos a sentir atraídos por una persona del sexo opuesto, y ahí empieza la odisea de nuestra vida. Hay personas que lo hacen todo con una facilidad pasmosa según en que aspectos. Por ejemplo, hay personas, tanto chicos como chicas que desde bien pronto se manejan perfectamente en el arte de flirtear, coquetear, etc. Hay personas que llevan con los ojos cerrados enamorarse, sentir mariposas en el estómago, tener detalles bonitos...hacer un cuento de hadas vaya. Y así cada uno con sus facilidades, al igual que hay personas completamente al revés, que tiene más dificultades que facilidades, pero en el fondo es porque todos buscamos a esa persona que nos complemente, que nos satisfaga personalmente. Y eso ya no resulta tan fácil. Antes era diferente, antes las relaciones eran de otra manera, más sencillas. Los chicos eran los encargados de todo, de impresionar, de enamorar, de encantar, de mantener la relación, de tener los detalles, eran los que estaban acostumbrados a dominar y elegir ellos lo que querían, por tanto, normalmente, eran los hombres los que "jugaban" con los sentimientos de las mujeres. A día de hoy las cosas han cambiado, y las cosas se han igualado, ahora ya hay muchas más mujeres que se dedican a jugar con los hombres, y muchos más hombres que sufren constantes desengaños. Al igual que sigue habiendo hombres jugando con mujeres que soportan un desengaño tras otro. Junto con esto, sobre todo durante lo que llevamos del s.XIX, la sociedad ha cambiado, han cambiado sus cánones, sus costumbres y sobre todo sus prejuicios en algunos casos. Y uno de los casos es precisamente este, el de las relaciones de pareja. Actualmente, en el año 2012, en la mayoría de los países desarrollados occidentales está más que aceptada la homosexualidad, el hecho de que dos personas del mismo sexo se amen y formen una pareja.
Esto ha llevado a que en casos cada vez más numerosos las personas lleguen a plantearse lo que de verdad quieren en su vida. Efectivamente todos nos imaginamos envejeciendo al lado del sexo contrario, pero porque es lo que hemos visto siempre. Pero debido al tipo de sociedad en la que ya nos vamos moviendo y debido al desengaño que sufrimos sobre todo las mujeres respecto a los hombres porque erróneamente nos criamos con unas expectativas sobre ellos, el amor y las relaciones que siendo muy jóvenes acabamos realmente frustradas porque no encontramos ni si quiera un atisbo de esa fantasía, de esa falacia. Pues hoy, me voy a atrever a decir que por suerte, no han sido 1 ó 2 los casos que he visto de mujeres heterosexuales enamorarse y sentirse atraídas por otra mujer. Hay gente que piensa que es una actitud provocada por tantos desengaños y es una forma de aliviar la frustración, pero que realmente no se siente esa atracción por una mujer; o gente que piensa que eso es vicio puro, que hay mujeres que no ligan con los hombres y por ello prueban con mujeres solo por tener algo de sexo. Bajo mi punto de vista, ambas opiniones son erróneas. Yo soy de esas personas que considero que esa debería ser la forma de vida de todas las personas. Creo que deberíamos evitar dejarnos llevar por las tradiciones sin pararnos a pensar y a madurar nuestros sentimientos, creo que lo importante en una relación no es el cuerpo, ni los cánones sociales. ¿Dónde está escrito que una mujer tenga que amar a un hombre? O mejor dicho, ¿Quién dice que una mujer no puede enamorarse de otra mujer, o un hombre de un hombre? ¿Sólo puede existir el amor entre diferentes sexos? Yo os puedo asegurar que no. Una mujer puede amar de la misma manera a un hombre que a una mujer y viceversa. Pienso, y defiendo que si una persona hoy se enamora de un hombre, mañana puede hacerlo de una mujer, y no es vicio ni desesperación ni nada de eso, es simplemente que es una persona con la capacidad de ver en alguien a un ser humano, una mente, un corazón, unos valores, unos sentimientos, unas capacidades, una forma de vida, y enamorarse de ello, sin mirar si es hombre o mujer, sin mirar si es lo normal o no, porque ese es el mayor error que ha cometido el hombre, encerrarse en las tradiciones, los cánones y los prejuicios, o como yo prefiero llamarlo, "el que dirán". Si predicamos, o decimos que predicamos una sociedad libre de religión, de cultura, de ideología, y demás, creo que lo más correcto sería empezar por predicar una sociedad en la que prevalezcan los sentimientos y los valores respecto a los demás, y dejemos esos clichés baratos de hombre con mujer y mujer con hombre, y dejemos fluir el libre sentimiento, que no el libre albedrío.

Septiembre, de nuevo tú.

Ha llegado septiembre, como cada año al final de verano. Septiembre es, tal vez, uno de los meses que más marca y guía el año. Supone el fin de las vacaciones y la vuelta a la rutina. Normalmente eso es algo que nos horroriza, que deseamos que tarde lo más posible en llegar o, que incluso, no llegue nunca. Sin embargo, para mí, septiembre es uno de los meses más ansiados. Todo cambia, la ciudad vuelve a llenarse de coches, de gente, de comercios abiertos, en definitiva, de vida; las mañanas vuelven a llenarse de cantidad de coches frenéticos con dirección al trabajo y de niños con las mochilas a la espalda con una mezcla entre pesar e ilusión propio de cada principio de curso. Vuelve el olor a libros nuevos, a lápices enteros y bolis aún sin estrenar. Volvemos a esos pasillos, aulas y pupitres que de algún modo, algo extraño y desconcertante, echamos de menos. Una vez más sonreímos al ver los rostros que cada curso nos acompañan, nos enseñan, nos corrigen, nos califican, nos apoyan, nos guían, nos aprecian y nos trasmiten ese entusiasmo por seguir adelante, es decir, los rostros de los maestros que durante 10 meses al año se encargan de educarnos y formarnos, tanto académica como personalmente. Y todo ello tiene un sabor agridulce fruto del fin de las vacaciones junto con esa entrañable sensación de volver a estar en casa, de que todo vuelve a estar en su sitio.
Por primera vez, 6 años después, tengo miedo, más bien intriga por el mes de septiembre. Este año no vuelvo a los pasillos de siempre, ni a las aulas ni los pupitres de cada año. No voy a sentir esa sensación de estar en casa al encontrarme un año más rodeada de los míos, tanto compañeros como maestros, sobre todo ellos, los maestros. Este año será todo nuevo. Un sitio diferente, gente completamente diferente y anónima y desconocida para mi, maestros por descubrir y la nueva tarea de hacer de cada día algo con lo que poco a poco sentirme como en casa. Voy a echar y mucho de menos la sensación de ver al pringao de turno o como se hace llamar él "El coordinador"; a la Rubia; al diccionario de la RAE en carne y hueso; a la historia y el arte hechos hombre; a la ciencia y la religión fundidas en una especie de protector; a súper Luis caradepollo; a Juanito maravilla; a Mr.Street; a mami Blanca....puff todo un sin fin de personas que me han llenado de valores estos 6 años y que ahora, por primera vez, no voy a reencontrarme ahora en septiembre. Voy a abandonar los pasillos donde hasta febrero sonaba ese "AAAAIIIIII"; "¿ME LO CANTAS O ME LO BAILAS?"; "VA A ARDER TROYA" y una lista infinita de expresiones y sonidos que hacían que todo el mundo supiera donde estaba ella, donde estaba Celia, y que entonces, tras ese primer "AAAAAIII" del curso todo el mundo, o al menos yo pensara: sí, ahora sí, ya estoy en casa. ¿Lo bueno de todo esto? Que gracias a personas tan maravillosas como ella se que hoy, y siempre, las puertas de ese colegio que era más bien mi segundo hogar, seguirán siempre abiertas, que me podré pasar la cantidad de veces que quiera que siempre seré recibida con la misma amabilidad y cariño con el que fui tratada tanto tiempo y que a día de hoy es lo que me ha marcado como persona.
Comienzo una nueva etapa, comienzo lo que de verdad quiero hacer, ahora sí que sí empiezo a diseñar y a llevar a cabo el tejado de un proyecto que empecé a los 3 años en mi primera clase y que terminaré, espero, dentro de 4, para poder pasarme el resto de mi vida viviendo esta sensación cada mes de septiembre y sentirme como en casa, rodeada de los pasillos de siempre y de la gente de siempre. Terminaré el tejado para hacer de el resto de mi vida un hogar seguro, tranquilo y cálido en el que espero poder albergar a todos los alumnos que pasen durante mi carrera profesional. Este mes de septiembre empieza el sueño de mi vida...

martes, 17 de julio de 2012

Un silencio que ensorcede...

Andar por cualquier calle, da igual de donde, da igual una calle de Madrid, que de Torremolinos, de Sitges, de Barcelona o de Dublín, siempre estaré condenada a ir rodeada de ruido, personas hablando, coches, pájaros, tiendas, perros; mis pies sobre el pavimento, dejando paso a paso un lugar, tal vez por un momento, tal vez por un tiempo, tal vez por una eternidad. Es cierto, no puedo negarlo, en el fondo es algo que me gusta pero, últimamente y cada vez más a menudo, envuelta entre tanto jaleo, entre tantas vidas, me pregunto dónde quedó aquel refugio con el que solía ir, aquella mano que reafirmaba mis pasos, aquel susurro que me trasladaba a un paréntesis, un remanso de paz, un lugar en el que, aun estando entre decenas, centenas o tal vez miles de personas, solamente podíamos estar él y yo, parando en el tiempo un beso, una caricia, una palabra.....¡obres inocentes! Pensar que aquello solo se quedaría fijo en aquel volátil momento, sin ser conscientes de que cada uno de esos segundo se iría grabando a fuego en nuestras retinas, en nuestras almas. Ojalá solo fueran un simple recuerdo más, como tantos otros de los cosechados a lo largo de los años, pero estos... aún no sé qué pasa con estos, pero cada vez que deciden aflorar cambian mi ser por completo, hacen que como una autómata cierre mi mano derecha en un burdo intento de encontrar la  suya entre mis dedos. Aún siento rabia en mis entrañas, rabia por no ser capaz de dominar este sentimiento, rabia porque aún tengo una lista interminable de cosas que hacer junto a ti, y solo junto a ti. Sólo te pediré un favor, espero que me perdones si algún día, sin querer, vuelvo a decirte "TeQuiero".

jueves, 24 de mayo de 2012

Estrellas fugaces

Normalmente lo que escribo son sentimientos de tristeza, de rareza o de soledad pero hoy toca cambiar. Cierto es que cada día hay tantos contrastes que es difícil definir un día con un adjetivo. Pero lo que importa ahora es que últimamente, cada día, los momentos buenos los exploto al máximo, quién sabe si tendré otro de esos, con las mismas personas o con la misma ilusión. Sin embargo, aquellos que pretenden empañar mi alegría y mi vitalidad, los analizo, saco las conclusiones oportunas....y fuera, no han de persistir para distorsionar esas buenas vibraciones de los grandes momentos.
Solemos quedarnos estancados en el fracaso de aquello en lo que creímos, en buscar respuestas al por qué algo tan fuerte y tan bonito pudo acabar tan débil y tan tenebroso. Preguntándonos por qué ese sentimiento pletórico de querer comernos el mundo al lado de esa persona, en un abrir y cerrar de ojos se convierte en una profunda sensación de abandono y derrotismo que es difícil de contrarrestar. En aquel momento entendí que bastaba darnos todo, aunque se poco. El problema, fue que resultó ser tan, tan poco, después de tanto...que cuando algo se acaba, no hay que buscar más, se acabó.  Hoy, desde el tiempo y la experiencia, la gran enseñanza que me queda de todo esto es que si te quedas esperando a que amanezca, no verás las estrellas y mucho menos disfrutarás de ellas; no verás la luna y tampoco verás esas oportunidades de tener un nuevo deseo que pasan en forma de estrellas fugaces.
A 3000 metros de altitud, tuve el gran privilegio de ver, quizá, la estrella fugaz más increíble de todas, fue tan fugaz y tan intensa que aun recuerdo el deseo que pedí. Fue muy sencillo, simplemente pedí ver tan hermosa la noche como el día, ver tan hermosas a las nubes como al sol, ver que el frío o el calor no es que el que siente la piel, sino el que siente el corazón.
Meter la cabeza bajo la almohada y llorar....solo sirve para que, al salir, te cuenten esas estrellas fugaces, o veas algún resto de ellas, pero ya sea tarde, ya no puedas pedir ese deseo y todo vuelva a ser gris y entonces, ¿qué? ¿Vas a volver a meter la cabeza bajo la almohada? Tal vez deberías secarte las lágrimas, dejarte claros los ojos y el alma receptiva, y esperar a esa estrella fugaz. Solo hay algo que debes saber, no todas las noches pasan estrellas fugaces, tal vez las veas la primera noche, tal vez no, tal vez sea a la 24ª o a la 134ª, pero no por eso hay que desesperar. Sino han pasado antes, será porque antes no era el momento, o no era la estrella adecuada. Paciencia, creencia, confianza y amor a ti mismo, después, podrás obtener eso de esa estrella fugaz que pase y quiera detener el tiempo para quedarse a tu lado.

lunes, 7 de mayo de 2012

Te extraño, te olvido, TE AMO

Vuelve a ser mayo y ha vuelto a ser mi cumpleaños. No estado nada mal, he tenido regalos bonitos y unas velas sobre una tarta, como siempre. Solo han cambiado dos cosas: mi deseo y tú. Casi siempre he pedido el mismo deseo...el año pasado lo cambié, porque estabas tú a mi lado y no pedí encontrarte, pedí no perderte.... Debe de ser que lo dije en voz alta o que algún día te lo susurré al oído y por eso hoy no estamos juntos, no siempre los deseos se cumplen. Esta vez, mi deseo ha cambiado, pero ahora no se lo pienso decir a nadie, ni si quiera contárselo a mi almohada porque esta vez tiene que cumplirse. Puede que estos hayan sido mis 18 y en teoría el cumpleaños más especial y diferente y del que guardar un recuerdo...pues yo os digo que ese fue el del año pasado. No por regalos ni por nada, fue porque TU estuviste presente. Fue porque me acuerdo que a penas llevábamos 3 semanas si llegaba juntos, me trajiste el regalo pero no me dejaste abrirlo hasta que no te fuiste porque te daba vergüenza. A día de hoy aún sigue en el mismo sitio en el que lo puse ese día y jamás pienso moverlo de ahí y me da igual que tu o quien sea me diga que ya no tiene sentido, porque para mí si lo tiene. De vez en cuando tu me lo preguntas, pero lo que a lo mejor no sabes es que yo me lo pregunto cada día, me pregunto que por qué hoy las cosas tienen que ser así, por qué fueron tan mal en su día, por qué ese miedo, por qué....por qué todo. Aún no entiendo que mierda se me pasaba por la cabeza para dejarte ir, no entiendo aún por qué, si me moría por ti, me dejé morir y nunca te lo dije como ahora me muero por hacer. Intento entenderme a mi misma y no perderme, intento entender por qué lo veo todo claro cuando aún no hay nada que ver. Joder!! Me desespero!!A veces me pregunto qué hago ayudándote en tu nueva relación, intentando solucionar las cosas si te van mal y diciéndote sitios bonitos y especiales para ir con ella en vuestros días especiales....pero enseguida encuentro la respuesta, y es porque te quiero. Podría estar intentando que las cosas te fueran mal? Claro. Pero no lo hago, porque eso no es quererte. Quererte significa querer lo mejor para ti y querer tu felicidad. Y ahora mismo esa felicidad está en ELLA y no en MI, y es por eso por lo que estoy bien cuando estás bien, aunque eso suponga saber cosas que me duelen y que echo de menos que no pasen entre nosotros. Alguna vez me has planteado dejar de hablarnos porque no es bueno para mí, y es verdad, no es bueno del todo. Pero al menos sé de ti, sé que sigo existiendo para ti y siendo algo, aunque sea una amiga, es algo. No quiero irme de tu lado, no quiero dejar de reírnos con bobadas, o de contarnos cosas serias y ayudarnos.Mi objetivo de hablar contigo cada día no es volverte a enamorar....ya lo estas de ELLA, mi objetivo de hablar cada día contigo es que nunca dejes de saber que estoy aquí y que nunca más me pienso volver a ir.

sábado, 28 de abril de 2012

Vuelvo/ Quizás mañana sea tarde

Hace tantísimo que no escribo, que faltaba ya algo dentro de mi. La última vez que escribí unas líneas por aquí....fueron las más tristes que jamás he escrito en mi vida, y espero no tener que volver a escribir algo semejante en mucho, mucho tiempo.
Es verdad que las tristezas...son como todo, tienes diferentes matices....no es la misma la tristeza de perder a un ser querido que la de un corazón roto. No digo que una sea más intensa que la otra, solo que son diferentes.  Por eso mismo, hay que saber elegir que es lo que nos entristece y nos hace sufrir y qué no, y sobre todo, si merece o no la pena.
Desde hace dos meses, la vida para mí tiene un sentido completamente diferente. Ver que una persona de 44 años, en la flor de su vida y con una garra increíble un día, sin más, no se vuelve a despertar....te hace despertar a ti. Y a mi me despertó pero además no con el cantar de unos pajaritos sino con un jarro de agua bien fría.
Llevaba más de tres meses echando de menos tus ojos, tu voz, tus labios, tus palabras, tus manos....llevaba más de tres meses echándote de menos y cerrando los ojos para volver a oírte, para volver a recordar tu olor....cada vez venías a mi tan perfecto e imponente como siempre. Pero ese recuerdo pasaba a doler cada día un poquito más al verte cada día un poco más lejos. El día 21.2.12 se fue una persona increíblemente importante en mi vida, una de las huellas más profundas que hay en mi vida ahora mismo, alguien a quien seguir, una maestra de verdad a quien no pude decirle mi último te quiero porque no se lo decía cada día; siempre pensaba: se lo diré mañana, o en su cumple, o en las fiestas.....pero ya no va a haber ni más mañanas, ni más cumples, ni fiestas....el día 20 no la dije "te quiero, gracias" y eso jamás me lo perdonaré. Es por eso por lo que decidí que no quería que me pasara lo mismo con el resto de personas importantes en mi vida. A mi familia no pasa un día sin que se lo diga, cuando salgo al cole, aunque acabemos de mandarnos todos a la mierda, les deseo un buen día y les digo os quiero... Es por eso por lo que volví a ti, porque me di cuenta que querer a una persona y no decírselo es la tontería más grande que podemos cometer. Da igual que las cosas estén bien o mal, da igual que hayan pasado más de tres meses, da igual que tu ya no me quieras....da igual, porque el hecho de que tu sepas que me importas y que te quiero con más locura que nunca me parece importante, me parece importante decírtelo todos los días de mi vida, o si no con palabras, que al menos sepas que cada día estoy ahí, y que si lo estoy es porque te quiero. Quiero que no pase ni un día sin que esto suceda. No quiero que ningún día te vayas a dormir sin saberlo, no quiero que nunca estés mal por otra cosa y no sepas esto, quiero que lo tengas siempre presente, porque se que, en el fondo, es algo que te ayuda y que te hace creer en ti mismo y en la vida cada día un poquito más.
Nunca dejéis que las personas que os importan y para las que sois importantes se vayan simplemente a trabajar o dormir sin recordarles que les queréis y que son importantes, no dejéis que el tiempo pase y siempre digais...mañana...porque puede que algún día no exista ese mañana y ya no podáis hacerlo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

21.2.12. Un día gris. Gracias Celia

Es tan difícil asimilarlo.
Cada palabra de esta triste noticia resuena en mi mente una y otra vez, intentando buscar errores, pero no los hay. Hoy cada detalle, cada mirada y cada palabra de quienes sentimos esta pérdida es la más fiel afirmación, no hay duda, no es una broma de mal gusto... es LA CRUDA REALIDAD.
Preguntas y más preguntas dan vueltas en mi cabeza, pero la que más suena es ¿por qué? La persona más viva y con más fuerza del colegio resulta que sucumbe a los caprichos del destino y a la muerte como cualquier otro. Pero ella no era cualquiera, era ELLA. Siempre tan firme, siempre tan disciplinada, siempre preocupada por nosotros. Éramos su vida, por más posibles broncas o gritos, éramos la salsa y la sal de su vida. Vivía con nosotros, esa era su forma de mantenerse joven eternamente. 
Lo más importante no son los trabajos que podemos tener aún, ni las fotos ni el recuerdo de su voz, lo más importante es lo que no se ve, es el amor que dejó en quienes quisimos aceptarlo, la entera dedicación en lo que creía, que era en nosotros. Los que tuvimos clase con ella y sobre todo su tutoría somos unos grandes afortunados y con ella nos tocó el gordo de cada año porque creo que es una de las personas que más creyó en nosotros, en nuestras capacidades y en nuestras posibilidades, independientemente de si teníamos un 10 o un 2 en sus asignaturas. 
Nos lo enseñaste todo, nos preparaste para vivirlo todo, menos esto, jamás nos hablaste de que algún día, tan cercano por desgracia, nos faltarías. Pero aún así, si cierro los ojos y te recuerdo como lo haré siempre, sonriendo y feliz de estar a nuestro lado, entonces creo que puedo con todo, solo si prometes que estés donde estés estarás bien y cuidarás de todos los tuyos. 
GRACIAS CELIA

lunes, 30 de enero de 2012

Aún queda el recuerdo...

Era tan suave y cálido el tacto de sus manos, tan dulces sus gestos y sus caricias que aun tiemblo al recordarlo. Cierro los ojos y toda mi piel se estremece, desde mi pelo hasta los pies y, entre medias, un vértigo de abismo cruza fugazmente mi corazón y mis entrañas. Aún resulta fácil recordar sus voz, de mil maneras, gritando, normal, susurrando, tranquila, tensa, con miedo, con deseo....lo que daría por volver a escuchar una sola palabra de su boca. No recuerdo ya un abrazo más reconfortante y sincero que el suyo, su cuerpo, más grande que el mío, rodeaba todo mi ser con la fuerza más delicada jamás experimentada por mi. Nunca tuve que rogar por uno, sabía el momento y el lugar perfecto para dármelos. Su sonrisa, ¡qué decir de su sonrisa!, tan afable, humilde, honesta e inocente que resultaba inevitable no esbozar también una sonrisa. A veces llegué a pensar que sus ideas eran dignas de un loco, pero comprendí que no, que sus ideas eran dignas de un ser feliz, con un alma libre y un corazón puro. Sus ojos, negros completamente aunque con un toque de miel al sol, eran capaces de transportarme a los lugares más hermosos, a los sueños en que nos soñábamos y no nos atrevíamos a contarnos. Dormir en su pecho es la sensación, quizás, que más anhelo de todas. Mi cabeza en su pecho, en mi oído los latidos de su corazón y, protegiendo mi cuerpo, su brazo suavemente posado alrededor de mi cuerpo. Nunca mi sueño fue más apacible y nunca la idea de que me observara durmiendo resultó más dulce. 
Pero es hoy, tanto tiempo después, cuando tengo miedo. Aun vive en mi el eco del miedo que sentí cuando vi que lo perdía, pero este miedo es, si cabe, mucho más intenso y desgarrador. La angustia cubre mis entrañas, el miedo se apodera de mi cuerpo, y el recuerdo machaca mi corazón. El miedo que ahora me anula no es otro sino que siento que cada vez me cuesta más recordar con claridad sus ojos, su voz o el tacto de sus manos. Pánico es lo que siento cuando la distancia es cada día mayor entre nosotros y al mirarnos veo el reflejo de lo que un día fuimos. Nunca lloré por esto, pero ahora, cuando es silencio lo que escucho, cuando es frío lo que siento y soledad la que me cubre, ahora, tengo miedo de dejar de recordarte...

jueves, 12 de enero de 2012

Cobarde valentía

Me habían hablado deesto, he visto miles de lagrimas, sonrisas, películas e historias sobre esto, pero jamás creí que de verdad existiera. Creo que lo llaman amor o algo así. Es un estado irracional en el que no sabes del todo por que, esa persona no sale de tu cabeza, buscas cualquier excusa o momento aunque solo sea para una mirada, ese estado en el que no puedes pasar un solo día, muchas veces ni si quiera mas de un par de horas, sin saber algo de el. Es fácil saberlo, basta con que te hablen de amor, con que veas amor en una peli, en la calle, en un libro, da igual, y que constantemente te veas en esa misma situación con el; cuando vas por la calle y aunque estés con alguien mas, te falta su mano, sientes que no estas segura hasta que no le ves, entonces todo lo demás no importa, verano o invierno, que mas da. Da igual que tu vida vaya al revés, que no sepas si vas o vienes, no importa si quiera si las cosas van bien o van mal, estas con el, le estas viendo y te esta mirando, que mas da el resto. Viviría de esas miradas, me dormiría en esas miradas, viviría en esos ojos. Yo supongo que cuando estoy a su lado soy tonta, absurda y muy pava, pero me daría igual ser lo mas patético que ha visto en su vida si se que por eso algún día veremos un atardecer abrazados en la playa y nos quedaremos hasta que vuelva a salir. Pero todo esto duele, duele porque no se que pasa. No controlo lo que siento, y lo peor es que el seguro que ni se lo imagina, no siente para nada lo mismo, es mas, lo mas probable es que ni se haya fijado en mi pues, que tengo de especial? Todo esto duele porque lo mas probable es que nunca pueda refugiarme en el, ni abrazarle por la noche, ni jugar a querernos... Dicen que en el amor hay que darle tiempo al tiempo, y yo se que por este amor que siento voy a esperar todo el tiempo del mundo y voy a tener esa esperanza que duele pensar que acabe en desilusión. 

domingo, 8 de enero de 2012

Camino de rosas (pétalos-espinas)

Hay días en los que la vida se llena de porqués y mientras tanto tu los intentas resolver, tu esperanza lucha cuerpo a cuerpo con la desilusión. A veces gana una, a veces la otra. El problema viene cuando las victorias de la desilusión son más importantes y significativas que las de la esperanza. Somos tan tontos de dar más valor a los fracasos que a las victorias, al catastrofismo que a la esperanza. De acuerdo que uno ha de ser realista, y no construir castillos en el aire, pero también es verdad que no lo podemos ver todo siempre negro, oscuro, frío y sombrío, porque tampoco es la auténtica realidad. La vida es difícil, sobre todo cuando empiezas a amar algo o a alguien y te da miedo que se descubra, por el miedo al rechazo. En una situación así....¿qué haces? Siempre hay ilusión, si no lo hubiera, vaya birria, pero es verdad que cuando pasa algo desilusionador, se leva consigo tooooda la ilusión y lo positivo que pudiera haber hasta el momento. Pueden haber existido 10 momentos esperanzadores, que con 1 que sea al contrario, se los lleva y es al que más valor e importancia atribuimos. Una vez más reitero que estoy de acuerdo en que no hay que ver cosas donde no las hay, pero es aún más verdad que hay que a veces tener un poco de esperanza, de fe en uno mismo y de saber que si hoy las cosas han salido mal o no todo lo bien que se esperaba, no hay que dejarse arrastrar por esa espiral de derrotismo, sino tenerlo en cuenta pero mañana seguir adelante, y seguir teniendo la misma esperanza del primer día, y seguir dando la oportunidad de que las cosas vuelvan a salir bien. El amor, no es cosa de un día ni de dos, ni cuestión de un cuento de hadas ni un camino sobre pétalos de rosa. Es un camino de rosas, efectivamente, pero hay que tener siempre que las rosas también pueden herirnos, tienen espinas, y hay veces en que no podemos evitar pincharnos para llegar a la suavidad del pétalo.