miércoles, 26 de octubre de 2011

Palabras vacías...

Nada de esto tiene ya sentido. Ya no tiene sentido ni que escriba ni lo que escribo, no tiene sentido que piense, y mucho menos tiene sentido que sienta. Llevo demasiado tiempo entretenida buscándole un sentido a mis sentimientos, a mis palabras, pero, aunque todo el mundo me diga que por lo que crees es por lo que hay que luchar, el problema está en que ya no creo en nada. No creo en los demás, ni en lo que me dicen, he esperado tantas cosas de los demás y me he quedado con un palmo de narices y encima con cara de imbécil por currarme algo especial que, ya para qué? Ya no le doy un voto de confianza a nadie, ya no hago ni digo cosas especiales por nadie, ni si quiera por mi. No me valoro, me miro al espejo y una y otra vez me pregunto quién soy, quién era o creía ser antes, en quién me he convertido, si soy o no buena persona, si me siento o no a gusto con lo que hago, con cómo lo hago. Y me doy cuenta que el fallo no esta en lo que hago, sino en que ya no le encuentro sentido. Antes anteponía cualquier cosa por no ver llorar a alguien que me importaba de verdad, dedicaba tiempo, medios y todo lo inimaginable por intentar solucionar conflictos o problemas en teoría ajenos a mí pero que he tenido que servir de intermediaria. Antes le encontraba sentido a eso, ahora, puede que lo siga haciendo, solo por no ver a los demás mal, pero ya no se lo que me aporta, porque antes me reconfortaba, hacía que me sintiera bien, ahora cada vez me siento más vacía, lo que antes me llenaba ahora cada día me exprime más. Ya no encuentro nada que me satisfaga, ni que me consuele, ni que me llene, nada que me haga sentir útil o importante para nadie, nada que me demuestre que valgo lo más mínimo. Todo esto que acabo de escribir, tampoco le encuentro el sentido, ni si quiera me ha salido bonito, ni poético, ni he cuidado mis palabras ni nada, solo necesitaba que alguien supiera este vacío que siento, y aunque sé que nadie lo va a leer y a nadie le va a importar, por lo menos me sirve para darme cuenta de eso, de que cada vez le importo menos a quien creía importar, y que la hipocresía una vez más vacía de sentido toda palabra y acto...

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Que pasaría si...?

A veces me pregunto qué pasaría si por un momento los dos, uno frente a otro, nos olvidáramos de todo lo pasado, de los posibles sentimientos, del miedo, de la inocencia y solo nos dejáramos ser marionetas de nuestros deseos, de nuestros impulsos, de la pasión, de las ganas de besar, tocar, acariciar....de las ganas fundirnos. Me pregunto qué pasaría si dejáramos atrás tantos reproches y los cambiáramos por susurros, si cambiáramos las palabras por besos, los vacíos por momentos repletos de caricias. Recorre mi cabeza la idea de qué pasaría si todo el miedo lo cambiáramos por atrevimiento, si la distancia la cambiáramos por revolcones en la cama, si el frío lo cambiáramos por el calor más intenso y excitante posible. No importa ni el día, ni la hora...da igual que sea la 1 de la tarde, pienso bajar las persianas, encender una suave luz y prolongar la noche durante días, semanas....solo para dormir contigo y soñar que vivo mi sueño, estando sin salir de la cama contigo, sin dejar de sentir tu calor, sin dejar de olerte, sin dejar de abrazarte..besarte...sin dejar de quererte.

lunes, 3 de octubre de 2011

Ecos del ayer

Y ahora ya sólo queda el eco de todo lo que fue. Solo se oye ya el eco del arroyo por el que se encaminó mi vida, por donde todo iba bien. Se oye el eco de los pasos que dimos juntos, de las noches que bailamos hasta agotarnos, de las carreras para vernos, de los pasos a tientas para sorprender...Ya solo queda un ligero eco de nuestras sonrisas inocentes, de nuestros besos mudos, de los latidos de nuestros corazones al hallar la calma junto al otro.Queda un leve pero intenso reflejo de aquellas miradas, tan llenas de deseo, de miedos, de inseguridades, miradas repletas de confesiones, de ganas de escribir una nueva y única historia, solo de los dos. Al fondo se aprecia el eco de tantos y tantos "te quiero" y también de reproches absurdos que perdían toda seriedad tras el beso que nos dábamos después. Aún danza en mi mente el eco de nuestras canciones, esas que nos hacían unirnos aún más, que nos hacían bailar como idiotas, que servían de excusa para hacer un rato el tonto o para hacernos la más sincera declaración de amor. Ahora, que de repente todo se ha vuelto silencio y soledad, aparecen las lágrimas y el desconsuelo cuando se cruzan los ecos de todo lo que un día fue. Sólo me queda volver a encauzarme en ese arroyo, para volver a coger velocidad y volver a generar sonidos, que algún día serán, de nuevo, ecos del pasado.