miércoles, 20 de octubre de 2010

Aquello que escribí un día de campamento...


25 julio de 2010.
Tres días como esto son la mejor medicina para cualquier tipo de problema, rayada o duda con una misma. en estos 3 días, sin preguntármelo directamente, me he encontrado a mi misma, hasta ahora nunca había encontrado mi sitio, ni mi por qué existir, ni mi función, ni mi motivación, ni mi capacidad, nada. Hoy, tras tres días perdida en la soledad de la montaña en compañía de 70 y pico personas, creo que mi sitio está entre la gente que me quiere y me necesita, junto a aquellos a los que yo necesito como en los lugares en los que me siento libre y segura; mi por qué existir, creo que es poder crecer cada día un poquito más como persona, aprender de cada error sobre todo para no herir a nadie, para no herirme a mi misma y también poder aprender cada día de la vida y de sus obstáculos para no quedarme en el primero ni en ninguno; mi función creo que es dar o mejor de mi en cada momento y ayudar a quien me necesita, aunque yo necesite más ayuda que esa persona, porque ayudar a alguien, es ayudarse a uno mismo; mi motivación, es lo que más claro tengo, y es tan simple como querer ver siempre bien a aquellos a quienes quiero y querer aceptar y querer a los demás sin condiciones y sin peros, y hacer todo lo que esté en mi mano para que si de mi dependiera, todos los de mi alrededor llevaran una sonrisa de oreja a oreja y el corazón feliz; y por último, creo que mi capacidad es la que yo me proponga siempre y cuando lo intente con todo mi empeño, con toda mi fuerza, con toda mi fe y nunca quedarme en el intento.
Otra cosa que me ha enseñado la montaña, el compartir con aquellos con los que se convive y ayudar al que no puede, es a que no hay nada que más me llene que creer en mi misma y quererme, sabiendo que eso no significa prepotencia ni orgullo, sino madurez y capacidad de querer mucho más a cualquier persona siempre y cuando me deje y de esa manera, poder sentirme bien conmigo misma, ser feliz con lo que hago.
Y es en estos momentos en los que ademas de las personas que en ese momento te rodean, te acuerdas de todos aquellos que te esperan en Madrid, que también te quieren, que te echan de menos, o que simplemente les hace ilusión volver a verte después de 15 días.

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